Tomarse unas cervezas y operar un dron o utilizar un dron para observar una cárcel o para cazar animales está ahora prohibido en Nueva Jersey, que sigue así el ejemplo de otros 43 estados estadounidenses que han adoptado restricciones.

Una nueva legislación estatal ratificada el lunes por el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, en su último día en el cargo regula el uso de estos pequeños vehículos aéreos teledirigidos e impone multas y penas de cárcel a quienes violen la norma.

"Los drones se han tornado cada vez más problemáticos, provocando casi accidentes con aviones, interfiriendo con operaciones de bomberos y están siendo usados para ingresar droga y otro contrabando a las prisiones", dijo la legisladora estatal demócrata Annette Quijano, una de las impulsoras de la ley, en un comunicado.

La Asociación de Consumidores de Tecnología espera un alza de 20% en las ventas de drones este año, a 3.7 millones de unidades.

La ley aprobada en Nueva Jersey (este) estipula que quienes operen un dron con una concentración de alcohol en la sangre de 0.08% o más -el mismo límite que para la prohibición de beber y conducir un automóvil- o después de consumir drogas tendrán hasta seis meses de cárcel y una multa de hasta 1,000 dólares.

Operar un dron en una cárcel o cerca o interferir en un operativo de rescate de las autoridades tendrá una pena máxima de cárcel de 18 meses y una multa de hasta 10,000 dólares.

Si el objetivo es vigilar la cárcel con un dron equipado con cámaras, la pena de cárcel será de tres a cinco años, más una multa de 15,000 dólares.

Un total de 40 estados han adoptado leyes regulando el uso de drones y otros tres han adoptado resoluciones al respecto, según la Conferencia Nacional de Legislativos Estatales (NCSL).

Todas las actividades de drones en Estados Unidos deben seguir asimismo las normas de la Administración Federal de Aviación.