Martín Méndez, de 54 años, es un cerrajero que llegó a hacer un trabajo en una oficina de contaduría dentro de un edificio la semana anterior. Hasta ahí, nada extraordinario.

Sin embargo, todo cambió cuando se desató el mortal terremoto de 7.1 grados que azotó México. Méndez intentó salir pero cuando bajaba las gradas quedó soterrado entre los escombros de ese edificio en Álvaro Obregón, una de las zonas más afectadas.

Ahí permaneció durante 17 horas hasta que logró hacerse una selfie con su teléfono y así avisar que estaba vivo. Los rescatistas llegaron y lo pusieron a salvo.

Según relató el hombre a la cadena CNN, durante el tiempo que estuvo bajo la armazón de hierro y cemento solo le quedó aferrarse a la fe y orar por él y por su hija de tres años. "Yo tenía que salir con vida por ella", contó.

En ese lugar fueron rescatadas otras tres personas. Méndez solo presenta una fractura en su pierna.

La historia se ha viralizado y ahora es una de tantas de sobrevivencia tras el sismo en México.