• Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
  • Actualizado 11:54

Internacionales - Revelan información

Cabecillas de la Mara Salvatrucha ganan $2,000 semanales, según exinvestigador del FBI

Un exinvestigador del FBI reveló que en Estados Unidos, la MS ha llegado a tener "su propia corporación", en referencia al negocio que representa el cometimiento de crímenes.

MS en Nueva york
Policía de Nueva York durante una redada contra miembros de la MS es ese estado. Foto: Archivo
Cabecillas de la Mara Salvatrucha ganan $2,000 semanales, según exinvestigador del FBI

La Mara Salvatrucha (MS) ha llegado a crear "corporaciones" para cometer crímenes, al grado, que dentro de su estructura de mando hay salarios que van desde los $2,000 a los $40 mensuales, según información de un exinvestigador del FBI en Nueva York, Estados Unidos.

La revelación se hizo luego de un nuevo operativo contra miembros de esa estructura criminal en varios estados de Estados Unidos y fue publicada por la cadena hispana de televisión Univisión.

"Los cabecillas de la MS-13 están en la cárcel y de la cárcel, ellos tienen su corporación, tienen su estructura y su jerarquía", contó Manny Gómez, exinvestigador del FBI a una periodista de la citada cadena. Según Gómez, esta estructura se aplica tanto en Estados Unidos como en otros países donde opera el grupo terrorista.

De acuerdo a la información de ese medio, las órdenes para cometer crímenes son dadas por un grupo conocido como "El consejo de los nueve", desde las cárceles. De ellos dependen los cabecillas, que pueden llegar a tener un "salario" semanal de $2,000; en un tercer escalón están los que manejan las finanzas de las pandillas y los que ejecutan órdenes "como asesinar a policías", quienes tienen una paga de $200 semanales.

Más abajo están los que cobran extorsiones, que pueden llegar a reunir $65 por víctima. Finalmente están aquellos que colaboran en funciones como comprar alimentos, y estos reciben $40 semanales.

Gómez explicó a Univisión que el gobierno de Estados Unidos debe comenzar a aplicar leyes federales para terminar de golpear a estas estructuras, que han llegado a países tan distantes como Australia y Japón.

Comentarios