Dos elementos de la Policía Nacional Civil (PNC) fueron absueltos del proceso judicial que se realizó por el homicidio de un joven que no tenía antecedentes penales y que fue interceptado por los agentes en una populosa colonia en Apopa. La fiscalía tiró la toalla en el juicio al no contar con las pruebas que evidenciaran la responsabilidad de los imputados.

Según el expediente judicial, Néstor B., de 32 años de edad, y Rudy C., de 20, fueron alertados por el sistema de emergías del 911 sobre un joven con apariencia de pandillero que merodeaba los pasajes de la colonia Los Naranjos, por lo cual decidieron trasladarse al lugar.

Al llegar a la zona, la pareja policial detectó en uno de los extremos del pasaje a David Steven Alfredo Quinteros, de 20 años, un supuesto miembro de la MS a quien estos le vieron un revolver en la manos.

Al ver la presencia policial, la víctima comenzó a correr por un reducido pasillo por el que fue perseguido por los agentes quienes le advirtieron que se detuviera pero Alfredo no obedeció y logró llegar hasta una casa en la que la dueña impidió el acceso a los elementos policiales.

Luego de forcejear con la mujer, los agentes lograron ingresar a la vivienda en la que el supuesto pandillero se encontraba en el patio para saltar a otra casa. El informe policial señaló que antes de saltar Alfredo abrió fuego en contra de los agentes.

El informe de Medicina Legal señaló que el joven recibió varios impactos de bala por la espalda en momentos que intentaba escapar de los agentes, algo que provocó que este se precipitara al suelo.

Rudy y Néstor explicaron que arrestaron al joven y que de inmediato lo trasladaron en la patrulla a una sede de Cruz Roja para que curaran sus heridas, pero fue demasiado tarde y su cuerpo quedó en la cama del vehículo policial.

En la autopsia se estableció que el joven recibió entre 11 y 13 disparos por la espalda, además, tenía varios huesos quebrados y una contusión con síntomas de necrosis, un elemento asociado a la descomposición. Es decir, que David pudo haber pasado mucho tiempo sin tener una asistencia médica.

Los dos agentes policiales fueron detenidos horas más tarde por el delito de homicidio agravado; ellos dijeron que actuaron con legítima defensa. Las investigaciones posteriores apuntaron a la participación de un tercer agente identificado como Joaquín, quien no fue procesado.

El juicio y los cabos sueltos de la FGR

El proceso inició en el juzgado de Paz de Apopa, ahí los agentes y la madre del joven asesinado declararon. Ella dijo que la policía en varias ocasiones lo había arrestado pero siempre lo liberaban debido a que no contaba con antecedentes penitenciarios.

La Fiscalía General de la República (FGR) explicó al juez que no se muestra una excesiva uso de la violencia por cómo fue encontrado el cuerpo. Sin embargo, la parte acusadora presentó el día del juicio sin la autopsia del joven por lo cual no fue admitida. Tampoco contaba con un examen de balística donde compara las armas de los agentes y la de la víctima.

El juez del tribunal Primero de Sentencia de San Salvador dictaminó dejar absueltos a los dos agentes debido a la falta de pruebas presentadas por parte de la FGR.