Katerin Mazariego es una joven de un poco más de 20 años, el miércoles pasado ella se sentó en el banquillo de los acusados. Su cabeza estuvo agachada mientras lloraba. Ella está siendo procesada por el delito de aborto consentido y propio.

Frente a ella desfilaron las pruebas técnicas, documentales y testimoniales tanto la defensa como la parte acusadora se mostraron frente al juez.

Eran las 7:00 de la noche del 5 de octubre de 2016 cuando encontraron a Katerin tirada en el piso del baño, desangrada e inconsciente, junto a ella estaba el cuerpo de un bebé aparentemente muerto.

La escena había dejado en estado de shock a su mamá y a su hermano, ya que jamás imaginaron o sospecharon que ella estaba embarazada, pese a que el feto tenía más de 30 semanas de gestación. La agonía y la desesperación tomaron por asalto aquella casa de la colonia Centroamérica en San Salvador.

Esa mañana Katerin y su mamá se fueron de paseo a El Pital, en Chalatenango. Durante su declaración, la madre de la joven dijo que en uno de los recorridos la joven colocó mal el pie y se vino abajo cayendo sentada en una charco de lodo.

Desde ese momento, ella comenzó a experimentar dolores constantes y muy fuertes, pero ninguna le tomó importancia. “Eran dolores fuertísimos. A ella que le dolía el estómago y la colita”, declaró la madre ante el juez.

Cuando llegaron a la casa, la mamá le sugirió que se fuera a bañar, ya que por la caída estaba sucia. Un baño le haría bien. Ya que los dolores fueron incrementando, la mamá le dijo que luego de eso irían al Seguro Social para un chequeo.

“Le dije que se fuera a bañar y me quedé en la sala cuando escuche un porrazo”, declaró su mamá en la sala de audiencias. La fiscal le preguntó si ella conocía el embarazo de su hija y ella señaló que no, porque la menstruación de ella siempre fue continúa. Situación que también era ignorada por la joven.  

Katerin entró al baño y cerró la puerta. Después, el fuerte estruendo proveniente del baño irrumpió el silencio de la casa. Ella preocupada salió corriendo para ver si todo estaba bien. Subió corriendo las escaleras hacia el segundo piso.

-¡Katerin!, ¡Katerin! -le gritó su madre frente a la puerta del baño. Ella no contestó.

Al ver que no respondía, llamó a su otro hijo para que le ayudara en abrir la puerta. Él le volvió a gritar desde afuera sin obtener respuesta. “¡Por favor abrí esa puerta! Dale una patada, no importa”, le dijo a su hijo.

Este de una patada abrió la puerta y su mamá entró de inmediato. “La vimos tirada en el suelo, inconsciente. Ella estaba muy grave porque estaba toda acalambrada y con los ojos torcidos… ella sangraba, bastedad de sangre”, dijo.

La madre le explicó a la defensa que cuando abrieron la puerta observaron a una pequeña bebé que estaba a un lado de Katerin. Ellos la dieron por muerta porque no lloraba ni respiraba. Levantaron el pequeño cuerpo y lo colocaron en una pequeña mesa dentro del baño.

Nadie sabía que estaba embarazada

Desesperados y conmocionados decidieron llamar al sistema de emergencias del 911 para que auxiliara a la joven. Tanto la madre como el hermano declararon que la ayuda no llegaba, por lo que decidieron buscar un taxista conocido para llevarla a un hospital.

El taxista, el hermano y otro familiar levantaron el cuerpo de Katerin y la llevaron hacia el garaje donde estaba el transporte.

Cuando iban de camino, se encontraron a una ambulancia y le hicieron la parada, los socorristas ayudaron a la joven a bajarse del vehículo y la trasladaron a la ambulancia.

De pronto se aproximó otra ambulancia pero esta era de Fosalud. Tanto la madre como el hermano aseguran que habían pasado alrededor de 20 minutos desde la llamada. Los socorristas de la segunda 
ambulancia observaron lo que ocurría y se bajaron para auxiliar.

El doctor de la segunda ambulancia, Carlos Orellana, declaró que por ser el único médico comenzó a interrogar a Katerin para ver qué pudo afectarla para que ella tuviera un aborto.

Orellana señaló que ella estaba muy nerviosa, con sangrado y afirmaba que no sabía que estaba embarazada. Los doctores y socorristas se quedaron en el lugar y comenzaron a interrogarla, ya que una alerta de aborto era extraña y necesitaban más información.

El hermano y la mamá de Katerin remarcaron en su testimonio que fueron relegados y no dejaron verla cuando el cuerpo médico llegó al lugar.

El doctor explicó que mientras realizaba el interrogatorio, él junto con el resto de las personas, escucharon que en la segunda ambulancia estaba el cuerpo sin vida del bebé de Katerin.

Hasta el momento, nadie sabía quién lo había sacado de la casa y colocado ahí. Uno de los socorristas dijo en su declaración que él desconocía cómo había llegado a la camilla de la ambulancia, sin embargo, momentos después el hermano lo responsabilizó de mover el cadáver hacia la camilla.

Arresto en el hospital

Las autoridades médicas dieron la autorización de que debía ser traslada al Hospital de Seguro Social “Primero de Mayo”, donde le dieron atención para estabilizarla.

Pasaron varios minutos hasta que llegó a la escena un carro patrulla con tres agentes de la Policía Nacional Civil (PNC). Uno de ellos se quedó en el lugar para indagar más sobre los hechos, mientras que los otros dos se fueron tras la joven al hospital.

Su abogado defensor señaló que mientras estuvo ingresada en el hospital se mantuvo esposada a la cama bajo la presunción de que había cometido el delito de aborto.

Una agente de la División de Investigaciones de la PNC declaró que llegaron al lugar para recopilar más información. Sin embargo, aclaró que solo observaron a la escena y pasaron por alto la inspección de la casa donde habían sucedido el acto.

“Pasamos por alto (la escena)… No hicimos la escena. Observamos el cuerpo de una bebita dentro de una ambulancia”, dijo la agente de la DIN frente a las indagaciones de la parte defensora, minutos después ella se contradice afirmando que sí lo hicieron.

Los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) descartaron la posibilidad que el aborto pudo haber sido provocado, ya que no se registraron sustancias extrañas al cuerpo como pastillas o medicamentos  que llevan la salida obligatoria del vientre de la madre. Así como también se descartó un ataque por parte de la madre, ya que no se encontraron traumas externos en el cadáver.

Los estudios forenses del cadáver

Luego de varios análisis hechos por los médicos del IML concluyeron que la una de las causas de la muerte del bebé pudo deberse al desprendimiento de la placenta antes de que fuera expulsada fuera de la madre.

Los médicos que testificaron explicaron que la placenta es la encargada de brindar al feto los nutrientes necesarios para que este pueda desarrollarse de una buena manera. Si esta llega a faltar, puede causarle daños en el cerebro lo que puede desencadenar en mal funcionamiento de los demás órganos provocando la muerte.

Ante la defensa y la FGR, el médico forense de IML, Nelson Alvarado, analizó que la complexión delgada, el  gran tamaño del bebé y la estrechez de la cavidad vaginal de Katerin provocaron la prolongación del parto mientras ella estuvo dentro del baño, llevando a una asfixia intrauterina del bebé durante ese momento.

La defensa consultó a un médico forense guatemalteco ,quien explicó que la salud del recién nacido dependerá mucho de las condiciones donde este nazca.

“Los bebés (que nacen) pueden caer al suelo y eso puede provocar la muerte, también puede aspirar líquido amniótico y todos los fluidos que tienen en el parto extrahospitalario”, señaló.

La defensa, sin embargo, reiteró que existen varios vacíos y dudas con respecto a la investigación realizada por el ministerio público; ya que los agentes de la PNC no realizaron la debida inspección para recabar toda las pruebas y pesquisas que lleven al esclarecimiento del caso.

De aborto a homicidio

El miércoles pasado se realizó el juicio dentro de la sala 2C del Centro Judicial “Isidro Menéndez”. La FGR pidió ante el juez que el delito fuera modificado; ya que las pruebas, según ellos, apuntan a que la acusada pudo cometer el delito de homicidio, ya que se determinó que la bebé nació y respiró.

Hoy será el juez del Juzgado primero de Sentencia de San Salvador quien determinará el destino judicial de Katerin, quien por ahora es acusada por el delito de aborto.

Este viernes continuará la audiencia. De ser cambiado el delito, la pena a la que podría enfrentarse Katerin podría ser de hasta 40 años de prisión. Por ahora, ella enfrenta el proceso en libertad, pero este día se conocerá si será condenada o absuelta.