Un transportista de carga trató de evitar su muerte al cumplir la exigencia de miembros de la pandilla 18 de entregarles $1,000. Según la comunicación que recibió aquel día de junio, en el año 2015, el trato era que si pagaba respetarían su vida, pero de no hacerlo, lo matarían a él o a un miembro de su familia 

Según las investigaciones fiscales, José Manuel Ruiz Meléndez, de 54 años, abrió la puerta de su casa en una colonia de Aguilares cuando tocaron el timbre, sin imaginar que el inesperado visitante era Manuel Antonio Holman Alas, un reconocido pandillero de la zona.

El delincuente fue claro en su mensaje: Le pidió el dinero a cambio de no atentar contra su vida. Eso sí, debía entregarlo ese mismo día, en horas de la tarde.

A eso de las 4:00 de la tarde, Holman Alas regresó a la casa y repitió el procedimiento. Tocó el timbre y unos minutos después se abrió la puerta de la cochera; era José Manuel que llegaba con un paquete de billetes que entregó al criminal mientras pensaba que con eso lo dejarían en paz.

Sin embargo, esto no le bastó al sujeto. Tan pronto tuvo el fajo de dinero en sus manos, desenfundó un arma y disparó contra José Manuel en siete ocasiones hasta provocarle la muerte.

El imputado huyó a bordo de una mototaxi que era conducida por Marcos Javier Peña García, según explicó el testigo con régimen de protección clave “Verano”, quien relató los hechos en la audiencia pública celebrada por el Tribunal de Sentencia de Santa Tecla, La Libertad.

De acuerdo a la pericia de la autopsia hecha a Ruiz Meléndez, se determinó que murió a consecuencia de los disparos que recibió en el tórax y abdomen con un arma calibre 9 milímetros.

Por este caso, el juez condenó a 48 años de prisión a Holman Alas por el delito de homicidio agravado; mientras que a Peña García, a 28 años de cárcel por su calidad de cómplice no necesario en el homicidio.