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Judiciales - POR EXTOSIÓN

"No me vayas a echar a la jura porque aquí mismo te vamos a reventar”, criminal de la pandilla 39 a empresario de San Salvador

El hombre no sabía qué hacer, ya no tenía como seguir pagando por lo que decidió interponer una denuncia a la Policía Nacional Civil (PNC), quienes organizaron una entrega controlada para capturar a los dos sujetos.

Extorsión
Uno de los imputados dijo en la audiencia que todo era parte de un montaje de la Policía para inculparlo por ser expandillero de la 39, un grupo que pertenece a la pandilla 18.
"No me vayas a echar a la jura porque aquí mismo te vamos a reventar”, criminal de la pandilla 39 a empresario de San Salvador

Un empresario cansado ser extorsionado denunció a dos criminales de la pandilla 39, quienes le exigieron $1,500 para no atentar contra su vida. Uno de los imputados dijo en la vista pública que dejó esa estructura delincuencial hace ocho años y que todo fue montado por la Policía.

Una vida tranquila, eso es lo que tenía Romel (nombre modificado por seguridad), un pequeño empresario de San Salvador, quien hasta finales de 2016 no tenía mayores problemas en su vida. Sin embargo, no fue hasta que Francisco Alexis M., de 38 años de edad, y Jesús M., de 39, llegaron un día a tocarle la puerta para exigirle dinero a cambio de no asesinarlo junto con su familia.

Francisco, un convicto retirado desde hace ocho años de la pandilla 39 –una aliada de la pandilla 18- que nació en el alma de la 39ª avenida Sur de San Salvador en 1994. Desde que dejó la pandilla se había dedicado al mantenimiento automotriz, con especialidad en enderezado y pintura, y en ese mismo oficio conoció a Jesús, quien hasta el momento no había tenido problemas con la justicia.

Según la relación de los hechos que se ventiló en un juicio en contra de los sujetos, fue la tarde del 6 de noviembre cuando alguien llegó a tocarle la puerta de su casa. Él abrió sin imaginar que ese momento sería el inicio de un martirio.

Enfrente tenía a Francisco, un hombre alto, flaco, con la cabellera rapada, una barba espesa y abundantes tatuajes, quien le dijo que debía entregarle a la pandilla $500 al día siguiente sobre la calle Los Almendros, detrás de la terminal de Occidente en San Salvador.

Con la vida sentenciada, él logró juntar la cifra requerida y al día siguiente llegó al lugar y hora indicada. Se paró a esperar en una zona solitaria, cuando de pronto apareció un vehículo rojo donde se conducía Francisco junto con Jesús. Temeroso se acercó al carro y se apresuró a entregarles el dinero sin intercambiar palabras, tenía miedo por su vida y decidió seguir cada paso.

Cuando los hombres se fueron, sintió un alivio y así fue por varios días en los que no supo más de ellos sino hasta el 20 de noviembre que Francisco llegó nuevamente para pedirle $1,000 que tenían que ser entregados en las próximas horas.

“Aquí mismo te vamos a reventar”

El hombre no sabía qué hacer, ya no tenía como seguir pagando por lo que decidió interponer una denuncia a la Policía Nacional Civil (PNC), quienes organizaron una entrega controlada para capturar a los dos sujetos. La víctima cuando habló con el pandillero le dijo que no llegaría él sino un pariente que ya tenía las coordenadas. Este aceptó las condiciones sin sospechar.

El familiar del que hablaba Romel era un investigador vestido de civil de la corporación, quien llegó a la cita con los criminales. Al igual que la primera vez, el mismo vehículo apareció al fondo de la calle hasta acercarse al oficial.

-“¡Vaya, hacelo rápido! Y no me vayas a echar la jura porque aquí mismo te vamos a reventar”, le dijo Francisco con un tono amenazador, mientras era custodiado por Jesús.  El oficial se apresuró a darle un paquete donde disimulaba tener el dinero y estos emprendieron marchar sin saber que habían caído en la trampa. Metros adelante fueron intervenidos por la autoridad policial por el delito de extorsión agravada.  

Francisco se encuentra recluido en el Centro Penitenciario de Máxima Seguridad de Zacatecoluca, mientras que Jesús es procesado en libertad a la espera de una sentencia. El pasado 25 de septiembre ambos imputados se presentaron a la primera vista pública en la que desfilaron las pruebas testimoniales mostradas por la Fiscalía General de la República (FGR).

La jueza del Tribunal Cuarto de sentencia de San Salvador preguntó a los imputados si deseaban declarar, pero de los dos solo Francisco decidió hacerlo, ya que se consideraba inocente de los cargos.

Francisco señaló que el arresto había sido un montaje de la Policía y “por un simple capricho”, por el simple hecho de tener tatuajes alusivos a la pandilla 39, a la que asegura ya no pertenece.

En una intervención de 20 minutos explicó que el día que fue capturado, él se conducía en un vehículo rojo junto con Jesús sobre el bulevar Monseñor Romero cuando de pronto fueron intervenidos por agentes que sin mediar palabras los golpearon, los arrestaron y luego los trasladaron hacia la terminal de Occidente.  

“El investigador me dice que si yo les entregaba información de pandillas o le entregaba armas que ellos podrían hacer un trato conmigo (para ser liberado). Le explique que no tengo relación con pandillas, no tengo información ni armas”, señaló el imputado, quien asegura que fue objeto de una entrega controlada montada por los policías para inculparlo.

Durante la audiencia el Ministerio Público solicitó suspenderla, ya que la víctima no se presentó debido a estar fuera del país. Se espera que el juicio continúe la otra semana para que dicho tribunal dicte una resolución y determine la responsabilidad civil y penal de los imputados.

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