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La nota roja - Santa Ana

Así fue como un policía defendió a su familia y otros 50 pasajeros de un bus que era asaltado por mareros

"Aquí va el perro", gritó el criminal al ver al policía junto a su familia; el agente sacó su arma y disparó contra el pandillero, evitando así que se consumara un asalto contra todos los pasajeros del bus.

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Bus ruta 55
Así fue como un policía defendió a su familia y otros 50 pasajeros de un bus que era asaltado por mareros

Todo apuntaba que el miércoles 13 de septiembre sería un día normal para la familia de Juan (nombre cambiado por seguridad), un policía que muy temprano se levantó y se alistó para comenzar su jornada.

Juan gozaba de licencia y salió junto a su esposa, quien también es policía, a dejar a su hija de 4 años al kínder. Al salir de su casa abordaron un bus de la ruta 55, el cual hace su recorrido desde el cantón Primaverita hacia el centro de Santa Ana. 

Ese bus que abordó Juan junto a su familia iba repleto de personas que se conducían a su trabajo y lugares de estudio; eran unas 50 personas las que iban en la unidad.

Eran las 6:15 de la mañana cuando al llegar el bus al lugar conocido como La Medusa, en una calle polvorienta del cantón Primaverita, la tranquilidad de los viajeros fue interrumpida.

Cuatro sujetos de aspecto delictivo le hicieron parada al bus, uno de ellos se subió adelante y el otro sujeto en la parte trasera. Eran pandilleros de la 18 Sureños, los cuales operan en la zona en la cual se dan constantemente asaltos.

El que se subió adelante, llevaba un arma artesanal (trabuco) y se había colocado un gorro y una pañoleta azul. Empezó a despojar a los pasajeros de sus pertenencias, incluso golpeó a uno de ellos.

Pandillero muerto

"Aquí va el perro"

Al llegar al asiendo donde iba Juan, su pareja y la niña, le lanzó una llamada desafiante y lo reconoció; "aquí va el perro", le advirtió a su compinche, en alusión a que identificó a su víctima como policía.

Luego de lanzarle la amenaza, el delincuente intentó guardarse los teléfonos que había robado y en ese momento de descuido, Juan sacó su arma de equipo, una pistola calibre 9 milímetros, y sin pensarlo disparó en cinco ocasiones contra el pecho del criminal; el delincuente cayó abatido en el pasillo de la unidad.

Mientras eso ocurría, la pareja del policía cubrió con su cuerpo a la pequeña.

De una forma instintiva, Juan se giró y le disparó al pandillero que iba en la parte de atrás del bus, hiriéndolo mientras se bajaba para escapar.

Juan se bajó de la unidad colectiva y esperó a que llegaran los agentes policiales para entregarse. Actuó en legítima defensa, salvaguardó su vida, la de su familia y evitó que los sujetos siguieran robando a los pasajeros.

Actualmente está resguardado en una unidad policial y esperando la realización de la audiencia inicial, en donde, según se ha conocido, la Fiscalía solicitará su libertad alegando que actuó en legítima defensa.

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