Fuerte encontronazo protagonizó el jefe de la fracción de ARENA, Alberto Romero, cuando el presidente en funciones de la Asamblea, el efemelenista Santiago Flores, pidió que se votara el presupuesto general de la nación 2017, antes de que se sometiera a discusión.

"Son 25 peticiones de la palabra que hay en este momento, por lo que los invito a aprobar primero por el presupuesto y después quedarnos toda la noche escuchando las opiniones", dijo ante el pleno Flores, en el momento que se quedó presidiendo tras la ausencia de Guillermo Gallegos. 

Sin embargo, Flores no había ni terminado de expresar la moción cuando Romero alzó la voz y pidió se cumpliera el reglamento interior de la Asamblea Legislativa. Sus colegas se sumaron a la petición y apoyaron a su coordinador golpeando las curul y gritando para que fuesen escuchados. 

La diputada Karla Hernández, famosa por portar un megáfono en el pleno tras varias veces que le han impedido el uso de la palabra, le pidió a su asistente correr a traer el megáfono. Mientras que Romero exigía que se discutiera primero el dictamen y posteriormente se votara, tal y como lo establece el reglamento. 

Además, no se pudo ir valorando artículo por artículo y aprobando las correcciones u observaciones que hicieran los legisladores. 

Sin embargo, Flores no interrumpió la votación y el presupuesto logró aprobarse con 47 votos, en medio del berrinche de ARENA que exigía dar sus posturas. 

Posteriormente, Gallegos regresó a presidir, pero ya era demasiado tarde, pidió que se reconsiderara la votación a petición del diputado del PDC, Rodolfo Parker, pero la propuesta no logró los votos. 

Tras la aprobación de un presupuesto que no fue discutido, 25 diputados tuvieron la palabra para sentar postura.

No obstante, Romero fue el primero al hablar y lamentó la "matonería" con la que actuó el FMLN y aseguró que se reservan el derecho para buscar la parte legal ante la aprobación de un presupuesto que no cumplió el debido procedimiento para ser votado.