Flores, Saca y Funes son tres apellidos que pasaron de ser sinónimo de poder político en El Salvador a convertirse en referentes de problemas con la justicia, enfermedades, exilio y escándalos políticos y financieros. En su defensa, los jerarcas de las tres familias presidenciales más recientes han dicho que su situación se explica por una persecución política de sus adversarios, muchos de los cuales no son identificados con nombre y apellido.

Las tres familias presidenciales que estuvieron antes de Salvador Sánchez Cerén -Flores (1999-2004), Saca (2004-2009) y Funes (2009-2014)- se han declarado perseguidas políticamente luego de que la Fiscalía General de la República (FGR) y Probidad abriera procesos civiles y judiciales en su contra.

Los tres expresidentes y sus respectivas familias han visto una debacle en los últimos años en gran parte de los aspectos de sus vidas debido a las acusaciones vertidas por el ministerio público, que señalan indicios de actos de corrupción durante sus periodos presidenciales.

Con un panorama similar estas tres familias enfrentan a la justicia en etapas judiciales diferentes pero que desde ya han significado la muerte política para los involucrados y que han dejado en evidencia la relación de estos con los partidos que los llevaron a ser jefes de Estado.

Las cuentas de Francisco Flores que no cuadran a probidad

Lourdes de Flores, viuda de Francisco Flores, y su familia enfrentan desde la muerte de este un proceso de responsabilidad civil por el caso de $15 millones de donativos provenientes de Taiwán en el que se ha determinado que se debe de proceder primero con la aceptación de herencia de los bienes del expresidente para dar una resolución final al caso.

Además en su contra pesa un proceso de extinción de dominio en propiedades que los Flores alegan fueron heredadas, por lo que a su juicio estas no entran en lo cuestionado por la justicia luego de que se conociera el informe de Probidad presentado por Flores a su salida de la Presidencia.

A la familia que gobernó entre 1999 y 2004 se le han embargado una serie de bienes por un monto cercano a $627 mil y que estarán en poder del Estado por al menos tres meses, mientras se desarrolla el proceso.

Con el expresidente ya fallecido, su esposa Lourdes ha sido respaldada mediáticamente por su hijo Juan Marco y varios diputados del partido del que fue miembro su esposo, quienes en vida se distanciaron del exmandatario.

Flores fue investigado por los donativos recibidos con ocasión de los terremotos de 2001, los cuales según la Fiscalía fueron a dar a manos de instituciones y personeros de ARENA. Luego de afrontar un largo proceso para intentar desvanercer los señalamientos, tiempo durante el cual el exmandatario vivió recluido en su casa, falleció a causa de complicaciones médicas que la familia atribuyó al desgaste del caso.

Antonio Saca, las acusaciones de malversación y la cárcel

Otro caso es el vivido por Elías Antonio Saca y su familia. Al exmandatario se le atribuyen delitos vinculados al lavado de dinero por una suma superior a los $240 millones, en cuyas investigaciones están implicados además su esposa Ana Ligia de Saca y varios de sus exfuncionarios de alto rango, entre ellos tres exsecretarios.

Políticamente, Saca fue señalado antes de dividir al partido ARENA y entregar la presidencia a Mauricio Funes, además de apadrinar a una fracción disidente de diputados areneros que terminaron conformando GANA Todo esto le valió la expulsión de ARENA.

Mientras, De Saca se encuentra procesada y actualmente su estado de salud la ha llevado al hospital, lo que la salvó de ir a prisión hace unas semanas luego de no pagar la fianza impuesta por un juez para gozar de libertad condicional.

A diferencia de los Flores, a los Saca no se les ha iniciado el proceso de extinción de dominio, aunque sus empresas de comunicación aglutinadas en Grupo Samix han sido objeto de allanamientos. Las cuentas bancarias de esta familia han sido congeladas y solo se permiten movimientos en las cuentas utilizadas para pagar la planilla de las radios de las que son principales accionistas.

En cuanto a los respaldos mediáticos que se han producido para los Saca, los hijos de estos han optado el anonimato y los aliados políticos que tuvo el mandatario en sus tiempos se han limitado a pedir justicia.

El asilo de Mauricio Funes en Nicaragua

Mauricio Funes y su nueva familia se han instalado en Nicaragua desde septiembre del año pasado y desde ese país el mandatario enfrenta el proceso civil en el que es señalado por enriquecimiento ilícito junto a su exesposa, Vanda Pignato y uno de sus hijos, Roberto Funes Cañas.

A Funes también le fueron congeladas cuentas bancarias debido a que, según la Fiscalía, no pudo justificar la procedencia de cerca de $730 mil y de momento no se conoce proceso de extinción de dominio en bienes de este, aunque sí se han embargado casas en las que vivió y algunos negocios de personas que a juicio de las autoridades podrían estar vinculadas a su caso.

Funes ha tenido reiteradas advertencias del actual Fiscal General de la República por presuntos delitos –como la tregua entre pandillas y el caso El Chaparral- que se están investigando y en los que se le señala como principal actor.

En cuanto al apoyo mediático recibido, el FMLN ha decidido, a regañadientes, dar su respaldo a su primer presidente, ya que pese a que en un primer momento se negaban a reconocerlo como pieza clave del partido, posteriormente le ayudaron a conseguir asilo en Nicaragua.