• Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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Política - La salud del presidente

Desde idiotez hasta déficit de atención: diagnóstico de siquiatras y sicólogos sobre la salud mental del presidente Sánchez Cerén

Siquiatras y sicólogos valoraron desde el plano profesional la petición de ARENA para que se someta a evaluación la salud mental del presidente; algo que algunos consideran viable para despejar las dudas sobre este tema.

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Desde idiotez hasta déficit de atención: diagnóstico de siquiatras y sicólogos sobre la salud mental del presidente Sánchez Cerén

Desde idiotez hasta padecimientos de senilidad, síndrome de atención o mera ignorancia, son algunos de los términos con los que varios especialistas de la salud califican al presidente Salvador Sánchez Cerén. El Salvador TIMES consultó a varios siquiatras y sicólogos sobre el tema, a raíz de la iniciativa de ARENA que busca conformar una comisión de médicos para que evalúe si el mandatario cuenta con las facultades mentales idóneas para ejercer su cargo.

El sicólogo Walter Marroquín, por ejemplo, sostiene que el comportamiento del mandatario da indicios para que este sea tratado por idiotez.

“Hablando en términos estrictamente médicos, el presidente puede ser considerado como un idiota, ya que esta enfermedad consiste en la ausencia casi total en una persona de facultades psíquicas o intelectuales", valoró el especialista.

Marroquín aclara que esta apreciación es solamente por rasgos generales y que para obtener un diagnóstico más completo sobre el comportamiento del mandatario se debe realizar un procedimiento denominado "estudio de caso", el cual consiste en estudiar las cualidades de la persona a evaluar.

“Basta ir a revisar los videos de las apariciones públicas del presidente para ir determinando las carencias mentales que pueda tener”, consideró Marroquín, quien ve viable la opción de una evaluación mental para el presidente Sánchez Cerén.

Mientras que el licenciado en sicología, Félix Sánchez, opina que el comportamiento del mandatario no se debe a problemas mentales sino más bien a su bagaje cultural, aunque valoró la posibilidad de que en este caso se trate de un cuadro de demencia senil.

“El presidente incluso puede llegar a considerarse un ignorante pero no da señales de padecer algún trastorno mental”, apuntó el sicólogo, quien incluso cree que el comportamiento del jefe de Estado puede deberse a su nerviosismo a la hora de hablar en público.

“La recomendación para el presidente es que lea un poco más y que practique ejercicios de memoria y relajación para que no siga viviendo momentos penosos en público”, señaló Sánchez.

El profesional agregó que “seguido veo pacientes con cargos como directores de escuela a los que han querido destituir por un comportamiento similar al del presidente, pero que no dejan de estar dentro de la normalidad”.

A criterio del exdirector del Instituto de Medicina Legal, Miguel Fortín, lejos de una enfermedad mental el comportamiento en las actividades públicas de Sánchez Cerén refleja un déficit de atención o incluso un descuido. 

Pese a ello el siquiatra es cauteloso a la hora de profundizar en su diagnóstico ya que, para él, “la salud mental de alguien no se mide en base a una respuesta errática, aun cuando, penosamente, el presidente suele repetir yerros más de lo que cualquiera quisiera”.

Respecto a la petición expresa realizada por el diputado de ARENA, René Portillo Cuadra, para que se conforme una junta médica que evalúe si el mandatario puede seguir en el cargo, Fortín valoró que “se trató de una respuesta política y que pretendía ser jocosa, más que científica”.

El comportamiento que ha presentado en público el mandatario es el principal parámetro que lleva a uno de los especialistas en el tema a diagnosticar el padecimiento de idiotez, el cual técnicamente se establece para una persona en la que se destaca la falta de comprensión en un tema por su falta de inteligencia en acciones o pensamientos.

Bajo esta misma línea también se puede valorar el padecimiento de demencia senil que afecta la memoria, el lenguaje, la percepción, el juicio o el razonamiento y que tendría como causa el envejecimiento. Generalmente se presenta en pacientes mayores de 60 años. El presidente actualmente tiene 72 años.

Otra posibilidad clínica valorada por los especialistas es un déficit de atención, un trastorno sicológico que se percibe ante las dificultades por mantener la atención y el enfoque, usando la memoria a corto plazo y recuerdos, y regulando sus emociones.  Asimismo, organizar y priorizar tareas o trabajos son actividades que pueden resultar un desafío.

Por último, y no menos importante, los profesionales consideran la posibilidad de que el mandatario tenga un problema de ignorancia, que este caso se le atribuye al sistema educativo en el que fue formado profesionalmente y que se aprecia en el bagaje cultural que tiene respecto a ciertos temas y con el corto vocabulario que utiliza.

Otro médico siquiatra opina que los comentarios que el presidente hace y el hecho de que evite apariciones en público, son indicios suficientes para que se pudiera solicitar una revisión de su salud mental.

A diferencia de los otros profesionales consultados, el especialista dijo a El Salvador TIMES que no podía dar un diagnóstico a simple vista ya que para ello necesitaría conocer más detalles sobre la vida privada del mandatario.

Incluso valoró la posibilidad de que Sánchez Cerén ya tuviera dentro de su historial clínico una evaluación de este tipo debido a alguna alteración que haya presentado a lo largo de su vida.

En cuanto al tipo de evaluación que se le aplicaría al jefe de Estado, el aseguró que “sería una evaluación neurológica en primer lugar, para valorar si presenta algún déficit en su facultades mentales”.

La mayoría de los profesionales consultados para esta nota coinciden en la necesidad de que se aclare la condición mental del presidente, la cual ha sido puesta en agenda por el partido ARENA, quien sostiene que la población debe conocer las condiciones en las que se encuentra la persona encargada de tomar las decisiones que marcan el rumbo del país.

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