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Elías, el niño con síndrome de Down que lucha por su vida tras ser diagnosticado con leucemia

La familia del pequeño lucha cada día para que el menor sobreviva pese a ser declarado desahuciado por los médicos.

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Elías, el niño con síndrome de Down que lucha por su vida tras ser diagnosticado con leucemia

Elías nació hace nueve años en una familia salvadoreña que vive en Lourdes Colón. Desde que su madre dio a luz supieron que iba a ser un niño especial, pues sus ojos rasgados delataron que tenía síndrome de down. Con el tiempo le fue diagnóstico y con los años el niño aprendió a desenvolverse en la vida, incluso lo llevó al kínder, pero un nuevo padecimiento lo mantiene debatiéndose entre la vida y la muerte. 

Hace ocho meses, el pequeño de nueve años fue diagnosticado con leucemia y sus defensas cayeron estrepitosamente. Desde el primer momento, los padres de Elías entendieron que su hijo era un luchador y por ello comenzaron a luchar contra esta terrible enfermedad que le carcome la sangre y lo debilita cada día más. 

Hace unos días, una fuerte crisis aquejó su cuerpo y se dieron cuenta que ya no podía producir las plaquetas que este pequeño necesitaba para poder seguir luchando contra el cáncer.

En el Hospital de Niños Benjamín Bloom, los médicos informaron a su familia que recibirían los trasplantes de plaquetas que necesitaban sin ningún costo. En ese momento, la familia sintió un gran alivio por la noticia recibida, pues una luz de esperanza había llegado a sus vidas. Sin embargo, esta alegría no les duro por mucho.

Al poco tiempo, los doctores volvieron a citar a los padres para darles una noticia devastadora que les cambiaría totalmente la vida. Su hijo, el pequeño Elías, fue desahuciado, algo que su familia jamás esperó escuchar.

Devastado, su padre cuenta que su pequeño hijo a sus nueve años ha tenido que soportar altas dosis de quimioterapias, llegando a estar conectado durante 36 horas seguidas, sin ningún tipo de descanso hasta que el líquido ingresara por completo a sus venas.

Estas altas dosis han marcado no sola la vida de Elías sino también su cuerpo, el cual está lleno de cicatrices que han sido causadas por los catéteres que fueron introducidos en el pecho del pequeño.

Una gorra de Pokemon cubre del sol y de la falta de cabello a Elías, que también llegó con las constantes quimioterapias a las que fue sometido durante el tiempo que duró el tratamiento indicado por los médicos.

Pese al duro diagnóstico, sus padres se han mantenido fuertes y con la esperanza de superar los obstáculos que la vida les ha puesto. Ahora han pensado que si la medicina tradicional les ha fallado han tocado la puerta de los tratamientos alternativos para sobrellevar de mejor manera este mal.

Sus investigaciones los condujeron a un tratamiento que les ayudó a que su hijo subiera de peso. Sin embargo, este tenía un costo tan alto que la familia no podía pagarlo, fue en ese momento en el que feligreses de la iglesia católica en la que se congregan se ofrecieron a pagar los $400 mensuales que necesitaban.

Problemas económicos

Los padres de Elías habían trabajado por muchos años como empleados en maquilas. Sin embargo, cuando diagnosticaron a Elías con leucemia decidieron que uno de ellos debía renunciar y dedicarse a los cuidados que su hijo necesita.

Fue de esta manera que el padre de Elías renunció a su cargo en la empresa que había laborado por 27 años y de la cual pensó que se jubilaría. Sin embargo, la salud de su hijo fue su prioridad y ahora es la madre quien sostiene económicamente a este hogar en el que habitan seis personas con ingresos de a penas $600.

Su padre se traslada cada ocho días desde Lourdes, Colón, en un taxi que le cobra $25 por el viaje, costo que asciende por los gastos de alimentación y más aun si el pequeño queda ingresado en el hospital.

Desde que el padre dejó su trabajo, la economía familiar se ha visto seriamente afectada y al no tener apoyo de otros parientes han optado por acudir a las autoridades de la alcaldía de Colón, para que los apoyen en este duro proceso.

Pese al diagnóstico tan negativo de los médicos, esta familia no pierde la esperanza de ver al pequeño Elías completamente sano, sonriendo como lo hacía cuando se dirigía al kínder en el que vivió sus mejores momentos con sus compañeros y amigos. 

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