La destacada labor que desde hace 24 años realiza la Fundación Ayúdame a Vivir ha provocado que organismos internacionales lo tengan como referencia, a tal punto que la metodología de trabajo de esta organización será implementada en países de Oriente Medio y África que buscan tener estadísticas similares a las que se han logrado en El Salvador.

Desde el inicio del programa, este proyecto financiado por el Hospital San Judas, de Estados Unidos, es el modelo a seguir en la región centroamericana, en gran medida por las estadísticas, que se presentan como una esperanza para muchos niños.

La fundación presume de un promedio que de cada 100 niños que llegan a sus instalaciones 70 vidas son salvadas gracias a la labor de los únicos cuatro pediatras oncológicos que hay en el país y que son la segunda generación de profesionales que luchan contra el cáncer.

Un equipo con la mejor tecnología, el espacio físico, los conocimientos, son detalles fundamentales que se complementan con el deseo de ser parte de una familia que busca salvar la vida de muchos niños que desean superar esta difícil etapa de su vida.

“Pese a que El Salvador es un país catalogado como del tercer mundo, manejamos números y estadísticas que se pueden comparar con Europa del este”, aseguró el coordinador de comunicaciones, Ronald Pineda.

Un tratamiento integral

Los programas de Ayúdame a vivir no solamente tratan los males físicos de los menores, además, se les brinda asistencia psicológica a toda la familia para enfrentar el proceso.

Las instalaciones de esta fundación están equipadas con un área lúdica para que los niños puedan distraerse y botar el estrés. Además de recibir clases especializadas de acuerdo a su grado académico para que los pequeños no pierdan el año escolar. Esta escuela ha sido autorizada por el MINED.

En caso de que el menor sea de escasos recursos se le brinda canasta básica y el transporte, ya que en muchas ocasiones los pacientes provienen del interior del país. Incluso del extranjero.

Pero no todas las familias que inician los tratamientos están dispuestas a finalizarlos y para ello en algunos casos los encargados de los menores han sido obligados a seguir usando la Ley Lepina.

200 casos remitidos del Bloom cada año

Por las salas de Ayúdame a Vivir pasan año con año a 800 niños quienes reciben un tratamiento valorado en $35,000, todos ellos son referidos desde el Hospital Nacional de Niños "Benjamín Bloom".

Uno de los casos que más recuerda el director de la fundación es el de un niño que a los pocos días de haber nacido fue diagnosticado con un tumor intramedular, que no podía mover sus piernas, pero que con el tratamiento se logró recuperar y hoy ya cumplió cinco años de vida.

Otro de los casos que atiende la fundación es el de Elías, un niño que nació con síndrome de Down que hace ocho meses fue diagnosticado con leucemia, por lo cual sus defensas cayeron estrepitosamente. La familia, acude puntualmente a la fundación para recibir los tratamientos.