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Sucesos - Proceso judicial continúa

“Mariona es un lugar peligroso e intimidante”, el relato de un estadounidense que pasó tres meses recluido en el penal

Clay Andrew Pierce estuvo preso 87 días en Mariona y relató en exclusiva para El Salvador Times cómo fueron esos tres meses en la prisión salvadoreña más reconocida.

Pierce
Clay Andrew Pierce, ciudadando estadounidense
“Mariona es un lugar peligroso e intimidante”, el relato de un estadounidense que pasó tres meses recluido en el penal

Fueron 87 días de prisión en el penal La Esperanza, mejor conocido como Mariona, una de las cárceles de mayor hacinamiento en el país y quizá la más famosa entre la población. Clay Andrew Pierce, un estadounidense de 57 años, fue detenido cuando viajaba desde Colombia e hizo una escala en El Salvador; ahí la Policía le encontró 32 gramos de marihuana que usa como medicina, pero que le valieron un proceso judicial que aún continúa su curso.

Pierce relató en exlusiva a El Salvador Times lo que vivió en ese "infierno", tal como lo calificó un amigo del norteamericano en su perfil de Facebook.

"Es un lugar peligroso e intimidante, nunca había estado en una prisión en la cual había un gran hacinamiento. En la celda en la que estaba hay camarotes donde hay varios internos y pueden caber a lo sumo 20 o 30 personas, pero allí había 50", dijo muy sorprendido Pierce.

Para el hombre resultó sorprendente el hecho de compartir celda con personas sentenciadas por diferentes delitos, cuando él apenas iniciaba un proceso judicial. "Fue intimidante en el sentido de que me encontraba en una cárcel en donde los mismos salvadoreños tienen miedo. El hecho de saber que estaba siendo procesado y podía enfrentar 15 a 20 años solo por portar medicina", relató.

Según Pierce, su nacionalidad representó una barrera con otros reclusos, quienes lo veían mal; "al principio había personas que me trataron y me recibieron bien, pero hubo otras con las que tuve inconvenientes por mi condición de ser extranjero y por eso no me aceptaban mucho".

En ese punto, el idioma fue una barrera con sus compañeros, "el mayor problema estando en el penal y que me dio mayores inconvenientes fue la falta de comunicación apropiada y una traducción indebida, ya que no sé hablar español", lamentó.

Clay recordó que estando ahí, tuvo que convivir como uno más. A la hora de la comida, por ejemplo, dice que recibía una porción más pequeña de comida en relación a los más antiguos o jefes de celdas, a quienes les tocan porciones más grandes. Estando en el penal se hacen dos filas de reos, "los de la primera fila se quedaban con más alimentos que daban en comparación con los otros prisioneros", para el resto, el alimento es más limitado.

La Navidad y Año Nuevo fueron diferentes para Clay, que tuvo que vivir lejos de su pareja sentimental, una colombiana con quien se iba a comprometer para esas fechas. Esos planes de momento se han estancado, con Clay lejos de su país y sin poder salir de El Salvador mientras dure el proceso judicial.

El norteamericano jamás pensó que estaría en El Salvador, y menos viviendo una pesadilla que ya va para el cuarto mes. "No tenía ninguna intención de estar en El Salvador, solo iba en tránsito".

Qué le pasó a Clay

Clay Pierce recordó que en marzo de 1980 tuvo un accidente de tránsito en su motocicleta. Un hombre que manejaba un vehículo tipo sedán frenó en un redondel, embistiéndolo y lanzándolo a unos 4 o 5 metros de altura; tras el impacto, cayó con su espalda y cabeza golpeando el pavimento.

Desde entonces sufre de dolores crónicos en el cuello y espalda y en una de sus piernas tiene laceraciones. Es por ello que obtuvo un permiso médico en el Estado de Oregón en donde hace constar que consume marihuana para calmar esos dolores.

Manifestó que cuando fue interrogado en el aeropuerto internacional Monseñor Óscar Arnulfo Romero y Galdámez, tuvo problemas en la traducción del inglés al español por el policía que servía de traductor. 

Al ser detenido, aparte de decomisarle los 32 gramos de marihuana, también le incautaron dinero en efectivo, tarjetas de crédito y computadoras, incluso un agente policial le prestó un celular para que le llamara a un amigo en Estados Unidos y explicara lo que estaba pasando.

Desde entonces, sus dolores ha tenido que calmarlos con otros medicamentos de venta en farmacias, "como es ilegal la marihuana acá he tenido que recurrir a otro tipo de fármacos como diasepán y opioides, los cuales me generan dependencia".

Según el norteamericano, la regulación de drogas en El Salvador "es bastante excesivo", ya que se encasilla a todas las drogas como si fueran igualmente dañinas.

Considera que esperaría de la justicia salvadoreña que sea absuelto par irse con todas las de la ley ya que considera que es injusto que lo procesen por algo que considera que es medicinal y que no ha matado a nadie como lo hace el alcohol o la heroína.

Actualmente Pierce enfrenta en libertad el proceso judicial por el delito de tráfico ilícito de drogas.

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