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Sucesos - Wilfredo Guerra

Exagente de la DEA Danny Dalton trabaja para Fito Salume, según el Presidente de Gumarsal

“El mensaje (a Salume) es: Seamos hombres. Seamos hombrecitos para pelear comercialmente y a mano limpia; no bajo la mesa porque eso es una mafia”, dice el empresario.

Wilfredo Guerra, presidente de Gumarsal.
Wilfredo Guerra, presidente de Gumarsal.
Exagente de la DEA Danny Dalton trabaja para Fito Salume, según el Presidente de Gumarsal

Wilfredo Guerra, presidente de Gumarsal, dijo a El Salvador Times que su archirrival, Fito Salume, tiene a sueldo a un exagente de la DEA y que además intentó comprarles la empresa, una compañía a la que el mismo Salume ha tildado de tener orígenes en dinero sucio (o cuando menos de dudosa procedencia), en un presunto intento de hacer negocios con Guerra y su padre, Juan Umaña, a quienes el empresario también ha señalado como cómplices de un supuesto narcotraficante, el famoso Chepe Diablo (Adán Salazar).

Las revelaciones surgen en un momento en que los señalamientos de Salume sobre Guerra y su entorno han arreciado. En un contexto en que el exagente de la DEA (Agencia Antidrogas de EE.UU. por sus siglas en inglés) Danny Dalton ha pedido a la Fiscalía salvadoreña profundizar las investigaciones sobre el presunto Cártel de Texis.

Es en esa situación que las declaraciones de Wilfredo Guerra vienen a atizar el fuego. El empresario de Gumarsal tampoco tiene reparos en asociar laboralmente al exagente de la DEA con Salume, y como pruebas presenta unos correos procedentes de Washington en los que el mismo Dalton, supuestamente, admite trabajar para Salume y Molinos de El Salvador.

Adolfo Salume, por su parte, desmiente las versiones de su competidor y lo tilda de tramposo.

“Ambas afirmaciones son completamente falsas. Mentiras como las que siempre han acostumbrado a valerse esos tramposos para distraer la atención de la opinión pública del fondo del asunto que les concierne”, dijo Salume a El Salvador Times en respuesta a las declaraciones de su rival.

Es un pleito viejo el de ambos. Un pleito que se remonta a 2010, cuando Guerra y su padre decidieron meterse al negocio de la harina.

—Era un negocio que aquí solo habían tenido dos empresas por más de 50 años. Cuando llevamos el proyecto a un banco para el financiamiento empezó un acoso hacia nuestro grupo, porque el papá de Adolfo Salume era socio de ese banco —dice el empresario a guisa de contexto sobre el pleito.

Y fue en 2011 que, tras la publicación de un reportaje sobre el Cártel de Texis, Salume comenzó a destacar la cercanía de Guerra y su padre con “Chepe Diablo”.

—Comenzó una campaña de difamación orquestada para deteriorar la imagen de la empresa y presionar a las autoridades para que actuaran contra nosotros. La estrategia es relacionarnos con el señor Adan Salazar, quien sí, en su momento fue socio fundador de la empresa, pero solo 2 años estuvo con nosotros porque no le gustó el negocio—sostiene Guerra.

Las supuestas presiones fueron más allá y “era una rumorología que reforzara la idea de que estábamos involucrados en narcotráfico y otros actos ilegales. Incluso elaboraron un libro en Costa Rica que, según el acceso que tuvimos a las facturas, fue ordenado por Lafitte Fernández, en el tiempo en que Lafitte estaba trabajando con Adolfo Salume”, indica el empresario.

—Comenzó también una presión mediática a los bancos para que nos cerraran operaciones. 

Corrimos un proceso por difamación contra Adolfo Salume y Lafitte Fernández y otra señora porque hacían campos pagados, buscaban prestanombres para poder poner avisos en la Fiscalía… una campaña muy estratificada para dañar nuestra imagen y tener en zozobra a la empresa —agrega.

Además, en mayo de 2014, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, expresaba que Adán Salazar era un capo del narcotráfico.

—A la fecha no hay un proceso judicial en Estados Unidos contra este señor; y él, tengo entendido, está haciendo todo para aclarar su situación allá y poder salir de esa lista, que a veces se llena con indicios o información  no necesariamente verificada —se defiende Guerra.

¿O sea que había un ambiente en el cual Salume estaba muy molesto con ustedes y había emprendido una guerra mediática, judicial y política? ¿Para qué? ¿Cuál era la intención?

Como le digo, nace ese tema del reportaje de El Faro y no sé si él se colgó de eso… o no sé por qué salió ese reportaje que habla de informantes, pero nada en concreto. A raíz de eso comienza una guerra comercial, una guerra de precios donde se lleva de $20 la bolsa de harina de 50 libras a 7 u 8 dólares, por debajo del costo. Al año se dieron cuenta de que no era la estrategia adecuada y regresaron a los precios normales de mercado.

También hemos tenido un acoso mediático, en redes sociales, en blogs, en fabricación de libros, en pago de comunicados, avisos a la Fiscalía con el afán de dificultar o impedir nuestro desempeño en el mercado. Un acoso directo de este señor a través del Diario 1 que es de su propiedad, para impedir que estemos en este mercado que durante años ha sido un duopolio y que en 2008 la Superintendencia de Competencia lo multó con 2 millones por acuerdos de precios, sanción que hasta la fecha no se ha pagado.

Para el señor Salume Adán Salazar es un narcotraficante porque así lo dijo Obama en Estados Unidos; y usted también tiene nexos con este personaje, al igual que su empresa y su padre. Y que el dinero con que iniciaron operaciones no era legal ni lícito. Usted me dice que el trasfondo es de negocios. Y hay un nuevo dato: ¿Es cierto que Salume quiere comprarle la empresa?

Esa información me llega por dos fuentes: primero me envían un bufete de contadores y abogados y me dijeron que había alguien interesado en comprar la operación de trigo. Yo no podía asumir que eso venía de la competencia.

Pero ya, en una situación muy descarada y cínica, este año nos envía un emisario diciendo que para que nuestros problemas se terminen la única forma es que le vendamos la empresa.

¿Quién les envió a decir eso?

Adolfo Salume.

¿Qué problemas eran los que se le iban a acabar a ustedes si le vendían la empresa?

Bueno, el recado era: Si no querés que te meta preso vendeme el molino y yo resuelvo eso. Me manda a proponer que le venda la empresa, que una parte del dinero me la va a dar en efectivo y otra parte al crédito; y que firme un contrato para no ingresar de nuevo a este negocio, que él me podía seguir abasteciendo harinas para la elaboración de pastas alimenticias. Si él cree que una empresa no es legal ¿por qué quiere relación con esa empresa? Al final vemos que todo radica en querer quedarse con el control del mercado salvadoreño de harina, o por lo menos regresar a los tiempos donde tenía una posición dominante donde los precios de la harina tenían utilidades abismales.

¿Esa fuente del recado es confiable, alguien conocido? Uno tampoco se va a dejar ir por cualquier recado.

No, mire, es una persona con quien tengo amistad de varios años atrás. Incluso, esa persona le preguntó (a Salume) si lo autorizaba a que me lo dijera y le dijo que sí. No sé si el tema de toda esa novela que ha armado es una excusa perfecta para justificar su incompetencia en el mercado o de querer seguir manejando el mercado con privilegios.

¿Cómo califica esa acción?

Incorrecta. Abusiva. Un mercado no se resuelve queriendo imponer sus caprichos.

¿Raya esto en lo delictivo?

Habría que consultar con un abogado. Es una amenaza. No es que sea una amenaza de muerte, pero que lo haga en este ambiente es, para mí, amenaza comercial. No podemos permitir que imponga su agenda o que uno tenga que doblar la rodilla y ceder ante ese tipo de presiones. A nivel de competencia eso es incorrecto.

¿Le mencionaron cifras de oferta por la empresa?

Sí. Hablaron de 12 o 15 millones de dólares de entrada, y otra cantidad igual en 10 o 15 años. 

¿Esa cifra es de mercado?

El negocio de la harina es noble y uno o dos participantes se pueden manejar con precios de venta, lo que no sucede cuando hay 20 competidores.

¿Qué más le ofrecía para que le vendiera la empresa?

Prácticamente, asumo, dejar de presionar y acosar a través de noticias infundadas. Incluso, esa vez que me envió ese recado, mi hija lo abordó en un evento para reclamarle, y él le dijo “Mira, le envié una propuesta a tu padre, decile que lo piense”. Le corroboró a mi hija que la única salida que yo tenía era venderle la empresa para yo poder dormir en paz y no estar en tanto acoso.

Pero no es solo su competidor el que los relaciona con el tema del narcotráfico. También hay un exagente de la DEA que se llama Danny Dalton que incluso ha venido al país y ha solicitado que se investigue a profundidad el caso. Y ha mencionado a personas de la Fiscalía con presunta cercanía o hasta connivencia con ustedes.

¡Qué casualidad que este señor (Dalton) “desinteresadamente” anda en El Salvador! Si así fuera, o tiene tanta plata para costear esas investigaciones y esos viajes… o ¿quién le hace la agenda en El Salvador para andar en medios de comunicación? No es algo fácil, hay que tener influencia o una buena agencia de medios que consiga acceso a ese tipo de noticieros.

La información que tengo de este señor Dalton es que trabaja para el señor Salume. Incluso, me han facilitado unos correos… no sé si es el mismo Danny Dalton, pero hay correos donde Danny Dalton se presenta en Estados Unidos diciendo que trabaja para Adolfo Salume y Molinos de El Salvador y que su interés es que mi empresa, mi padre y yo seamos incluidos en la lista Kingpin. Es el encargo que él tiene y ha andado buscando abogados en Estados Unidos para poder presentar un caso ante OFAC* para incluyan a Gumarsal, Wilfredo Guerra y Juan Umaña en la lista y poder eliminar de una vez por toda la competencia. Porque en nuestra empresa la proveeduría fuerte es en Estados Unidos: el 70 por ciento de lo que compramos viene del puerto de New Orleans.

Esta fuente que ha compartido información sobre que este exagente de la DEA trabaja para beneficio de Salume ¿es gente confiable, seria, institucional?

Es un bufete especializado en asuntos de OFAC en Washington y que le dijo (a Dalton) que no podía trabajar con ellos por conflicto de intereses.

¿De qué fecha es esa información que le enviaron sobre el señor Dalton?

Son de julio de 2016. Acá solo podría ser diferente si por aquellas casualidades del mundo se trate de otro señor que también se llame Danny Dalton y que le ande dando servicios a otro señor que se llame Adolfo Salume y a otra empresa que se llame Molinos de El Salvador… Y que tengan intereses en contra mía. Mucha sería la casualidad.

¿Tiene algo más?

Este conflicto comercial que se ha llevado a una esfera mediática lo deberíamos resolver en el mercado vía eficiencias en la compra, producción y ventas.  El problema es cuando se tiene a un competidor obsesionado en cumplir sus caprichos y quedarse disfrutando de un mercado y no le importa atropellar personas, familias y mercados con el propósito de lograr su objetivo.

Nos ha afectado con los bancos, porque nos cierran cuentas, no nos dan acceso a créditos por simples rumores; pero después de eso están las familias que dependen de Gumarsal y por el capricho de un competidor, no es justo. Algo que podría haber sido personal ya se hizo de dimensiones nacionales, porque este país está necesitado de empleo, de seguridad jurídica y de inversión; pero cuando se ve ese tipo de conflictos, un nuevo empresario que quiera venir diría: “Si yo voy a llegar a competir con un esquema proteccionista, donde no manejan una libre competencia, entonces El Salvador no es propicio para invertir”.

¿Es un reto el que lanza?

El mensaje (a Salume) es: Seamos hombres. Seamos hombrecitos para pelear comercialmente y a mano limpia; no bajo la mesa porque eso es una mafia. No se le puede llamar empresario a una persona así. Tal vez son personas que como han heredado su capital creen que no se puede; son de esas personas que cuando estaban pequeñitos no prestaban los juguetes.

¿Si no le puede llamar empresario cómo lo podría llamar?

La palabra es fea, pero creo que es ser un gángster, al estilo Al Capone, que impone su negocio y voluntad por medio de fuerzas ajenas a la ley de oferta y demanda.

* OFAC: Office Of Foreign Asset Control (Oficina de Control de Activos Extranjeros), depende del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Se dedica a hacer cumplir las sanciones económicas y comerciales contra países y grupos de personas involucradas en terrorismo, narcóticos y otras actividades de mala reputación.

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