En esta actividad, también 18 pandilleros dijeron que renunciaban a su grupo delincuencial y se unieron a una iglesia cristiana.

Sin embargo, como es sabido que las reglas internas de las pandillas no permiten que uno de sus miembros salga vivo de la organización.

A través de este proceso, los internos se integran a programas vocacionales o escuelas de capacitación donde aprenderán a cortar cabello, aprenderán de la Biblia, tendrán clases de música, entre otros.

De acuerdo al programa, el próximo penal a intervenir será el de Quezaltepeque donde también hay pandillas. El modelo Yo Cambio se ejecuta en el Centro Penal de Chalatenango.