Un error en su nombre le costó a este marero pasar 10 años de prisión por un delito que no cometió.

Ahora, este sujeto quedará libre, luego de que fue revocada la sentencia que lo condenó inicialmente a 45 años de prisión por un triple homicidio en el que no tuvo participación.

Según el expediente fiscal, este triple homicidio ocurrió el 9 de marzo de 2007, alrededor de las 7 de la noche, en la colonia Santa Marta 2, en el cantón Arenal de Ciudad Delgado, donde murieron: Eliton Franco Portillo, Ricardo Alfredo Navarro Morales y Luis Alberto Urías.

Un testigo protegido en este hecho, incriminó falsamente al declarar que Óscar Manuel Morales Sola, alias “Spanky”, un pandillero activo de la MS, había participado en el hecho como coautor.

Así, cuando el juicio por estos asesinatos se realizó, en octubre de 2007, Morales Sola fue encontrado culpable, pese a que él alegó que no había cometido el hecho, porque cuando todo sucedió, él estaba preso, condenado por otro delito diferente.  Pero nadie le creyó, por un error que él mismo cometió.

Resulta que “Spanky” uso su nombre dos veces; pero con un apellido diferente en dos casos diferentes; por lo que, en ambos procesos; “Spanky” era el mismo imputado pero con dos apellidos distintos, lo que en términos jurídicos significaba que eran dos personas: Óscar Manuel Morales Alarcón y Óscar Manuel Morales Sola, consignaban los documentos oficiales.

Morales Sola (los verdaderos apellidos) no pudo comprobar que era inocente del triple homicidio, ya que su verdadero nombre no coincidía con el de la persona que supuestamente estaba presa.

La abogada defensora del acusado aseguró que el hombre, durante el proceso que lo metió a la cárcel, erró al identificarse con el apellido de su padre "Alarcón" (que no era el que correspondía a sus documentos personales); y que cuando se le acusó del triple homicidio, lo hizo con el que aparecía en su DUI "Sola".

La defensora de Morales Sola presentó varios recursos ante el tribunal para intentar demostrar que ambas personas eran las misma, pero nunca tuvo éxito.

“La muestra de los documentos no era suficiente”, dijo el juez del Tribunal Quinto de Sentencia de San Salvador, que llevó a cabo la revisión de la sentencia.

Sin embargo, el último cartucho que ocupó la defensora fue pedir un examen de huellas dactilares para compararlas con los documentos que presentaron cuando estuvo preso, con lo cual, finalmente, demostró que las huellas pertenecían a la misma persona.

Con el cotejo de las huellas, el juez se convenció de que sí se trataba del mismo personaje, por lo que al haber estado preso, efectivamente, no pudo haber participado en el triple homicidio.

“Este tribunal tiene la certeza que esta persona no cometió el hecho; pero ha sido el mismo acusado quien ha provocado el error, porque no sé con qué finalidad dio esos datos (apellidos diferentes) en el (juzgado) cuarto de Sentencia”, explicó el juez en la audiencia.

En este sentido, aunque este sujeto ya pagó 10 años por un crimen que no cometió, este 24 de mayo recuperó su libertad, luego de que se revocara la sentencia de 2007.

Y aunque el Estado debe indemnizar a las personas en casos como este; esta vez, el error es imputable al acusado por lo que el Estado queda exento de responsabilidades.