• Diario Digital | jueves, 02 de mayo de 2024
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Sucesos - Migración

A solo 1 mes de haber parido, mujer decide migrar en la caravana junto a familiares que huyen de pandilleros que los amenazaron de muerte

Su hijo de dos años fue testigo de los golpes que le dieron a su padre por no querer ingresar a la pandilla 18 

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A solo 1 mes de haber parido, mujer decide migrar en la caravana junto a familiares que huyen de pandilleros que los amenazaron de muerte

Tenía tres días de haber dado a luz a segundo hijo cuando pandilleros irrumpieron en su casa para golpear y amenazar de muerte a su esposo por no querer unirse a la estructura criminal en Lourdes Colón. Para huir de la violencia, hoy forma parte de la caravana de migrantes con destino a Estados Unidos.

Tania, nombre cambiado por seguridad, es una joven de 22 que se ha visto obligada a dejar el país junto a sus dos hijos menores de edad y su pareja a causa de las pandillas que constantemente los acosaban en su hogar.

Un día pandilleros de la 18 revolucionarios llegaron a su humilde vivienda, cuando ella estaba en cama y guardando la dieta tras el parto de su bebé, armados y dispuestos a asesinar a su pareja por negarse a ser uno más de ellos.

“Mi hijo de dos años vio todo, vio cuando golpearon a su papá. Yo les suplicaba que lo dejaran, que él no hacía nada, pero fue inútil, hicieron lo que quisieron y se llevaron algunas cosas de mi casa”, recordó la joven con un nudo en la garganta.

Esta fue la primera vez que los pandilleros golpeaban a su esposo, asegurándole que ese era “un  aviso” de lo que podría sucederles sino aceptaba unirse a ellos o sino se iban de la casa dejando todo por lo que habían luchado durante años.

Ante el acoso de las pandillas, Tania y su esposo decidieron  pedir ayuda a la Policía Nacional Civil (PNC) creyendo que en ellos encontraría un apoyo y que le brindarían una salida, pero esto no fue así.

“Yo fui a la Policía a hacer la denuncia y ellos mismos me dijeron que si hacía eso más rápido iban a matar a mi esposo, o sea  que como estaba bajo amenaza le dijeron que no podían hacer nada”, relató con un tono de decepción Tania.

Las palabras de las autoridades generaron indignación e impotencia en esta familia que con dos pequeños hijos debían huir de las estructuras criminales. Sin embargo, no teniendo un lugar al que acudir no salieron de su hogar, rogando a Dios para que los pandilleros no llegaran nuevamente.

“Hace siete días volvieron a llegar, volvieron a pegarle y entonces fue cuando dijimos que nos íbamos a unir a la Caravana”, aseguró Tania.

El unirse a la caravana no fue la primera opción que contemplaron, ya que debido a las amenazas se dirigieron a tres embajadas para solicitar asilo político, pero les fue negada “porque eso ya no existía”.

Mientras esperaban partir con los cientos de salvadoreños concentrados en El Salvador del Mundo, su madre hablaba con ella, la aconsejaba y le pedía que se cuidara en el camino y que siempre rogara por un milagro, ya que en el trayecto cualquier cosa podría pasar.

Como Tania hay muchos  salvadoreños que migran del país debido al acoso de las pandillas, esperando llegar a Estados Unidos y obtener un trabajo para sostener a sus familias, en un lugar en el que sus vidas no se vean amenazadas por pandilleros.

Entre lágrimas, su madre despidió a una hija, un yerno y a sus dos adorados nietos, a quienes mantendrá en oración para que al llegar a la frontera encuentren una mejor vida, una que no encontraron en el país que les vio nacer.

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