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Sucesos - Cumplirá nueva pena

Estaba a punto de salir de la cárcel pero "olvidó" reportar un celular y fue condenada a una nueva pena

La mujer estaba en fase de confianza y salía a recibir clases de computación, a trabajar y visitar a su familia. En una de esas salidas "se le olvidó" entregar el teléfono a los custodios.

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Estaba a punto de salir de la cárcel pero "olvidó" reportar un celular y fue condenada a una nueva pena

Una reo en fase de confianza -a quien le faltaban pocos meses para salir de prisión- fue condenada a una nueva pena luego de no reportar que llevaba un teléfono celular que utilizaba cuando salía del recinto para recibir clases de computación y a visitar a su familia. En su defensa, la mujer alegó que ingresó el aparato por un descuido y que fue ella misma quien lo entregó.

En el proceso se determinó que Clelia Guadalupe P. D. se aprovechó del hecho que las custodias le tenían confianza y no la registraban cuando regresaba de sus salidas de la cárcel, las cuales se ganó luego de cumplir la tercera parte de su condena y por su buen comportamiento.

Guadalupe tenía autorización para ir a recibir clases de computación, además tenía un trabajo y los domingos podía visitar a su familia.

Cuando la mujer fue sorprendida con el aparato en la mano, forcejeó con la custodio que se lo pidió y para evitar que le fuera decomisado, lo lanzó a la calle, donde un vehículo lo destrozó, según se determinó en el juicio.

Una reo con buena conducta

En 2009 Guadalupe fue condenada a 15 años de prisión luego de ser encontrada culpable de haber recibido $700 en un caso de extorsión que involucró a 19 personas –cinco menores- que cobraron a través de cuentas bancarias.

En 2014 se acogió al derecho que la ley le asiste de solicitar medidas que le permitan su reinserción a la sociedad, con lo que consiguió permiso para salir previo control de las autoridades.

Guadalupe estudiaba computación los días lunes, martes y sábado, trabajaba en obras sociales el miércoles y viernes y el domingo podía visitar la casa de su familia.

Por un poco más de un año la imputada estuvo realizando estas actividades sin mayores inconvenientes hasta la tarde del lunes 23 de noviembre de 2015.

Según la acusación fiscal, Guadalupe regresó a la cárcel a eso de las 5 de la tarde, hora en la que generalmente lo hacía, y puso sus pertenencias en el lugar que tenía destinado. Por una razón que no fue establecida en el juicio, la imputada no fue revisada por las custodias del lugar e ingresó con su bolso tal cual como llegó de recibir las clases.

Fue hasta unas horas después que la mujer regresó y confesó que tenía en su poder un celular.

Dos versiones del decomiso

La confesión de la imputada –que le permitió optar por la pena mínima- y de la custodia se diferencian en la forma en la que supuestamente fue incautado el teléfono.

El testimonio de la empleada de Centros Penales señala que al ver el celular en la mano de la reo, optó por quitárselo, pero Guadalupe se negó a entregarlo. Fue en ese momento que comenzó un forcejeo que temrinó con el celular destruido al ser lanzado a la calle.

Por su parte, la convicta asegura que por voluntad propia le dio el celular a la custodio, quien le recomendó que lo tirara a la calle.

Al efectuar el derecho a la última palabra, la procesada aseguró: “Pido disculpas por lo sucedido y una segunda oportunidad para continuar”. Al borde del llanto, la mujer consideró que “un año y seis meses más, para los 15 que estoy pagando, van a marcar mi vida”.

La jueza del tribunal Cuarto de Sentencia valoró la confesión de la imputada, pero señaló que la defensa de esta no presentó pruebas para demostrar que el ingreso del celular fue un error y no una acción premeditada.

Con este fallo, la Dirección General de Centros Penales tendrá que someter a evaluación los beneficios otorgados a la mujer, quien de momento podrá seguir con su rutina de reinserción.

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