• Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Sucesos - Fue condenado a 25 años de prisión

Padrastro golpeó brutalmente a su hijastro de tres años hasta desgarrarle el hígado

El asesino pretendió encubrir el crimen, diciendo que el niño se había caído de un guacal.

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Foto referencia.
Padrastro golpeó brutalmente a su hijastro de tres años hasta desgarrarle el hígado

Un hombre mató de una salvaje golpiza a su hijastro de tres años. Sin embargo, fríamente, habría intentado ocultar el crimen narrando que el menor se había deslizado de un guacal cuando se bañaba en el patio de la casa.

El hecho ocurrió a medio día del 17 de abril de 2016 en la casa donde vivía Álvaro Ramírez junto a su esposa, su hija menor y el niño de tres años, quien fue identificado como J.E.

Ramírez contó que se estaba bañando junto al niño, cuando fue a buscar a su hija, quien estaba dentro de casa. Al volver, encontró a su hijo tirado en el piso, convulsionando. Buscó ayuda con unos vecinos y con los pastores de la iglesia a la que asistía. Ellos lo apoyaron, llamando a la Policía y al Sistema de Emergencias.

Como el sujeto dijo que el menor se había ahogado, los policías practicaron maniobras de resucitación, pero nunca reaccionó, lo llevaron a una clínica, pero era demasiado tarde.

La madre del niño llegó directamente a la clínica y le informaron que el menor había tenido un accidente, al deslizarse y caer en el patio. Nadie confirmó la versión del padrastro.

La autopsia: múltiples golpes provocaron la muerte del menor

Lo que finalmente reveló la escalofriante verdad fue la autopsia. Según el estudio que se hizo en Medicina Legal, la causa de la muerte fue una hemorragia interna en el abdomen por golpes contundentes.

El chico presentaba moretes grandes en la espalda. Pero lo más grave se concentró en la zona del abdomen: el músculo del diafragma se había desgarrado y el hígado del niño se había partido en dos. La hemorragia masiva inundó toda la zona abdominal de la indefensa víctima.

“El diafragma solo se desprende del hígado por un golpe contundente”, sentenció la médico cirujana de Medina Legal.

La especialista aseguró que la gran cantidad de señales en el cuerpo del menor, solo podían ser el resultado de varios golpes, no solo de uno o de una caída. La doctora agregó que el cuerpo del menor presentaba moretones en ambos lados de la cara, a la altura del mentón, del pómulo, de la mandíbula y a un costado de la oreja.

La defensa del imputado intentó culpar a los policías que llegaron al auxilio cuando intentaron resucitar al niño. Sin embargo, la doctora desestimó esta versión.

“Las maniobras de resucitación hubieran dañado el esternón o las costillas, pero no hubo golpes ahí. Tampoco las convulsiones pueden provocar golpes internos, solo externos. Jamás caerse de un guacal pudo haber provocado esto”, expuso la doctora en la vista pública que se realizó este miércoles.

La especialista para demostrar su punto, incluso ante el estrado, hizo una demostración de cómo se hacen las maniobras de resucitación y cómo, en ningún momento, comprometerían el hígado o el diafragma del menor.  

La Fiscalía concluyó que el niño presentó todas estas lesiones cuando estuvo bajo el cargo del padrastro. Por lo que fue él quien provocó todos estos golpes hasta causarle la muerte.

La jueza del Tribunal Segundo de Sentencia de San Salvador, tomando en cuenta la prueba testimonial, pericial y documental, condenó a Ramírez a 25 años de prisión por el homicidio agravado de su hijastro.

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