Sucesos - Lograron conciliación
Recibió $120,000 de amigo para montar un negocio y utilizó el dinero para pagar una deuda personal
Los hombres, quienes son amigos desde su época escolar, se asociaron para comenzar un negocio que nunca se instaló. Al final, las partes conciliaron para evitar un juicio.
Un hombre recibió $120,000 de un amigo para comenzar un negocio de importación de carros de lujo, pero utilizó el dinero para pagar deudas personales y el negocio nunca llegó a ver luz. La relación entre ellos comenzó en la época escolar, cuando fueron compañeros y posteriormente socios en una empresa dedicada a la venta e instalación de lámparas LED, sin embargo, cuando quisieron comenzar un segundo negocio, algo salió mal.
Mario R. y Juan R. se conocieron cuando eran niños. La amistad que cultivaron en el colegio siguió muchos años después, a pesar de que ambos tomaron rumbos distintos. Mario R. se volvió empresario, abrió un taller automotriz y se dedicó a la importación de vehículos que adquiría a bajo costo en Estados Unidos, mientras que Juan R. se desarrolló profesionalmente como ingeniero eléctrico.
Gracias a la confianza y amistad que los unía, en 2008 decidieron fundar una empresa dedicada a la venta e instalación de lámparas eléctricas con tecnología LED.
Durante años, la empresa les dejó generosas ganancias luego de obtener contratos con varias alcaldías en diversos municipios del país, para la instalación del alumbrado eléctrico. El éxito comercial alcanzado estrechó aún más los lazos de amistad entre ambos.
Un nuevo proyecto
Varios años después, Juan R. contó a Mario R. que deseaba ampliar su capital e invertir en la importación de autos de lujo y le pidió su ayuda, ya que éste conocía el negocio.
De acuerdo a documentos fiscales, Mario R. se mostró a favor de que su viejo amigo ingresara al negocio y le dijo que él, por ser importador, podía comprar vía internet vehículos que eran subastados en Estados Unidos. Los autos que habían sido embargados, robados o presentaban algún tipo de daño eran adquiridos a un bajo costo en diversas ciudades de Estados Unidos y vendidos a un precio mayor en El Salvador.
De esta forma, Juan R. entregó $120,038 a su amigo en 2014. El acuerdo estipulaba que servirían para comprar nueve carros de lujo en Estados Unidos y traerlos a El Salvador, donde serían vendidos por más de $20,000 cada uno.
El dinero fue entregado a través de dos cheques. El primero de ellos, el 13 de noviembre de 2014, por un monto de $69,780; 15 días después Mario R. le entregó otro cheque por $50,258, que fue el único que quedó estipulado en un recibo, según el expediente judicial.
El trato además establecía que cuando los vehículos se encontraran en la aduana de El Salvador, el poder se traspasaría a nombre del ingeniero.
Los vehículos debían ser entregados en un plazo no mayor de 30 días después de entregado el último cheque, es decir antes que finalizara noviembre de 2014, o el dinero debía ser devuelto. Sin embargo, ninguna de las dos cosas ocurrió.
Pago de deuda y conciliación
La fecha límite para la entrega de los automotores venció y a Mario R. no le quedó más que reconocer que el dinero lo había utilizado para pagar una deuda personal. Esperando la comprensión de su amigo le dijo que le devolvería el dinero pero no lo tenía completo, por ello pidió más tiempo para reunirlo.
Pero el ingeniero continuó exigiendo su dinero y consiguió que en abril de 2015 le entregara $16,500 con la promesa que después le pagaría los $103,538 restantes. Pero al pasar de los meses y luego de que el último no cumpliera con su palabra, la víctima denunció a su viejo amigo por el delito de estafa ante los tribunales.
Tras una larga disputa legal, ambos lograron una conciliación en el tribunal Sexto de Sentencia de San Salvador, con lo que evitaron enfrentarse en los tribunales. El arreglo incluye el pago de $38,800 y la conciliación por la denuncia interpuesta.
