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Sucesos - Pudo más la curiosidad que el temor

Testimonio de un “metido” involucra a sujetos en un homicidio ocurrido en un carwash

Escondido tras la cama de un pick up, un hombre vio los detalles de un asesinato por el que peligrosos mareros podrían ser condenados a largas penas.

Foto de referencia tomada de Internet.
Testimonio de un “metido” involucra a sujetos en un homicidio ocurrido en un carwash

Guillermo (nombre ficticio) es un testigo clave en un caso que se sigue contra cinco pandilleros -tres hombres y dos mujeres- que son acusados de un asesinato en las cercanías de la alcaldía de San Salvador. Su participación en el hecho, sin embargo, no fue planificada si no fortuita; estuvo en el lugar en el momento justo en que ocurrió el crimen, y él se quedó viendo todo lo que ocurría "porque soy metido". 

Ese fue el argumento que Guillermo esgrimió cuando fue consultado por qué estaba en el lugar y si no había sentido temor como para huir. Él confirmó que, en efecto, sintió miedo, pero el hecho de ser "metido" lo hizo quedarse.

Guillermo es ahora pieza fundamental en el juicio realizado ayer en el tribunal Sexto de Sentencia de San Salvador.

Qué pasó ese día

Como todas las tardes, el hombre se desplazaba por la avenida Cuscatancingo de esta capital, pero ese día de 2015 al de llegar a la 10ª avenida norte una trifulca llamó su atención, por lo que detuvo su marcha para ver lo que pasaba al interior del carwash Molina.

Según su testimonio, la curiosidad pudo más que el temor que sintió al ver que cinco sujetos golpeaban con las pistolas a dos de los empleados del lugar, a quienes atacaron mientras lavaban el carro que ellos mismos habían llevado al negocio.

Tapado por la cama del pick up y según su versión, Guillermo vio cuando Ronald Alexander Fuentes Ramos, Adolfo Abraham Roque Cruz, Eduardo Antonio Molina Díaz y William Alfredo Membreño arremetían contra la integridad física de Jonathan Alexander Velasco González y otro hombre únicamente identificado como Eduardo.

El testigo presenció el forcejeo entre los hombres, que finalizó con la huida del lugar de Eduardo y la ejecución de Vásquez, quien recibió varios disparos en la cabeza y rostro. La otra víctima sobrevivió a pesar que uno de los atacantes le disparó en varias ocasiones y logró ocultarse en un taller de mecánica.

Tres de los cuatro señalados partieron rumbo a la comunidad Tutunichapa, mientras que un cuarto solo se cruzó la calle para dejar en una tortillería el arma que utilizó para consumar el asesinato.

Están acostumbradas a ver como matan a la gente

Guillermo sostiene que en la tortillería, Molina Díaz fue recibido por dos mujeres a las que posteriormente las autoridades identificaron como Luz Marina López Hernández y Olga Nohemí Cabrera López, esta última se encontraba en estado de embarazo y según su testimonio “no se espantaron al ver la pistola, porque están acostumbradas a ver como matan a la gente”.

El relato fue contrarrestado por uno de los abogados de la defensa quien le cuestionó:

- Al ver todo usted dice que sintió temor, pero ¿por qué no huyó al ver el hecho?

A lo que Guillermo respondió: “Sentía miedo, pero por metido me quedé viendo qué pasaba”.

Tras la fuga de los pandilleros, Guillermo también decidió retirarse de la zona e interponer su denuncia ante las autoridades, con las que colaboró en el reconocimiento de los imputados.

Días más tarde, los imputados fueron capturados como parte de un operativo policial que pretendía frenar las amenazas a transportistas.

Las investigaciones señalan que Fuentes Ramos, uno de los detenidos, es un cabecilla de pandilla y uno de los que orquestaba ataques contra empresarios del transporte público durante una oleada de ataques que se reportó en 2015.

La audiencia por este caso se instaló ayer en el centro judicial de San Salvador, pero fue suspendida y se reanudará hasta el 24 de enero, cuando se determine la culpabilidad o no de los cinco implicados por el testimonio de un "metido".

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