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Sucesos - reportaje

Cómo un modesto expolicía salvadoreño llegó a tener casas y autos de lujo en solo unos años

Según las investigaciones fiscales y policiales, José de la Cruz Claros Amaya llevó una vida ostentosa, financiado por una red de tráfico de drogas que él mismo creó en Centroamérica.

detenidos de la red
Cómo un modesto expolicía salvadoreño llegó a tener casas y autos de lujo en solo unos años

“Sony” es el apodo de un modesto pero ambicioso expolicía que un día decidió no volver más a su trabajo en la corporación donde combatía el crimen, por lo que fue sancionado y expulsado de la institución, pero no le importó porque en sus planes estaba amasar una fortuna al más corto tiempo y ello solo lo lograría estando del lado de los malos.

José de la Cruz Claros Amaya, ahora de 37 años, dio el gran salto hacia el narcotráfico y llegó a liderar una banda centroamericana que movió varios kilos de droga que provenía desde Sur América, según las investigaciones de la Fiscalía General de la República que apresó el miércoles a varios sospechosos de estar bajo su mando. Ese mismo día por la mañana Claros Amaya fue capturado en el aeropuerto internacional La Aurora, en Guatemala, por la policía de ese país.

El acusado por narcotráfico ingresó a la PNC el 24 de febrero de 1998, siendo apenas un joven de 19 años que recién habían terminado su preparación en la Academia Nacional de Seguridad Pública, ANSP.

El nuevo agente fue designado a realizar tareas de seguridad en la delegación de Soyapango donde estuvo por un periodo breve para luego ser trasladado a Usulután, según explicó el director de la PNC, Howard Cotto, en una conferencia de prensa el jueves.

“Servir y proteger” dice el lema policial, pero Claros no pudo con tan pesada carga. El 25 de agosto de aquél mismo año, no se presentó más a su puesto de trabajo y no se volvió a saber más de él en la institución.

El tribunal disciplinario de la PNC interpretó esa acción como abandono de trabajo, una falta grave que derivó en la expulsión del policía que se hizo efectiva el 25 de marzo de 1999.

Posterior a su deshonrosa salida de la corporación policial, el sujeto se dedicó a cometer desde delitos menores hasta otros en los que se requiere de una sofisticada planificación. Claros Amaya fue acusado de estafar a varias personas con el viejo truco de ofrecer visa de turista para emigrar a Estados Unidos pero quedó libre.

En 2006, a los 27 años, fue procesado judicialmente por apropiarse con engaños de una vivienda, la cual vendió. En esa ocasión, hizo trato con una familia que tenía a la venta una casa en $55,000 y les dijo que necesitaba las escrituras para que le aprobaran el crédito bancario. La propietaria cedió los documentos y dos días después el expolicía ya la había vendido y volvió a desaparecer.

Cotto asegura que volvieron a saber de él luego de una investigación que inició en julio del 2016, cuando en un retén rutinario la policía encontró 121 kilogramos de droga dentro de un compartimento secreto en un vehículo que estaba asociado a él y su banda.

Dicho hallazgo se mantuvo en secreto y no llegó a los medios de comunicación para no alertar a los sospechosos. Las investigaciones revelaron que Claros estaba detrás de algo más grande, moviendo droga vía terrestre y marítima con tentáculos que alcanzaban Nicaragua y Costa Rica.

La captura

El seguimiento que le dio la inteligencia policial fue revelador. Claros Amaya estaba al mando de una banda de narcotraficantes que se movían por Centroamérica y que ponían la droga en Estados Unidos, donde ahora es requerido por la justicia.

Durante todos estos años, el expolicía fue perfeccionando sus operaciones pero organismos de inteligencia de varios países se intercambiaron información que finalmente le echó a perder sus planes dando con su captura el miércoles de esta semana en el aeropuerto de Guatemala cuando estaba a punto de tomar un vuelo hacia Costa Rica, donde se afirma coordinaría un movimiento de drogas.

Por la noche, cuatro personas ligadas a su banda cayeron en manos de la Fiscalía en los municipios de Panchimalco, San Salvador y Soyapango, así como se intimó a un recluso de las bartolinas de San Vicente.

Marco Antonio Serrano, Gustavo Mauricio Alvarenga Linares, José Luis Martínez y Teresa Guadalupe Colato Bonilla fueron capturados por el delito de actos preparatorios de proposición y conspiración en asuntos que tienen que ver con el tráfico de droga.

La Policía allanó además tres propiedades, entre estas una vivienda de campo a nombre de Claros Amaya ubicada en el municipio de Panchimalco, que es donde se constató que el sujeto tenía su centro de operaciones, según las investigaciones de la DAN.

Entre lo incautado en el allanamiento se encuentran dos vehículos marca Mustang, y otros 11 carros de distintas marcas, un teléfono satelital desde donde las autoridades presumen coordinaba las operaciones, seis armas de fuego, abundante munición, cerca de $3,500 en efectivo y diversas joyas.

El investigador a cargo del caso señaló que Teresa Guadalupe es la que aparece como propietaria de los vehículos donde se realizaban las operaciones; sin embargo, esta aseguró que ella solo le alquilaba los autos para que transportara queso y negó que se tratara de droga.

"El es mi cliente, yo lo conozco desde hace años, sabía que él se dedicaba a traer quesos, que le iba bien y que vivía en Nicaragua, pero nada de drogas", apuntó la mujer cuando fue presentada en las instalaciones de la DAN.

Las indagaciones señalan a otros dos sujetos que aún no han sido detenidos porque no han sido encontrados en el país y es probable que tampoco estén en la región, según Cotto.

"Por la información que tenemos hasta hoy, dos personas más que no hemos detenido probablemente se encuentran fuera del país e incluso fuera de la región Centroamericana", dijo Cotto y añadió que ya están haciendo las coordinaciones con la División Antinarcóticos de la PNC para intentar localizarlos. 

De momento no se sabe si Claros Amaya será extraditado a El Salvador o si será llevado a Estados Unidos donde también es requerido por la justicia.

Según autoridades salvadoreñas los allanamientos continuarán en otras propiedades en los próximos días, en sitios que frecuentaba el expolicía para hacer alarde de su dinero y poderío.

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Vehículos de lujo decomisados al presunto narcotraficante

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Residencia donde el sospechoso mantenía su centro de operaciones

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Fiscal general Douglas Meléndez supervisó los operativos

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