• Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Los poderes fácticos

Los poderes fácticos

El término usado por muchos analistas conocido como “Poder Fáctico” nos permite realizar una radiografía de ciertas realidades ya con un marco referencial para reconocer ciertos grupos de poder. La definición radica en sectores los cuales se sirven de la autoridad informal o una capacidad de crear presión para influenciar en la esfera política.

Los poderes fácticos ejercen de facto cierto poder aunque no lo hagan por una vía legal. En la mayoría de casos, no se imponen por la fuerza, se usa el poder del lenguaje coercitivo y presión la cual va desde la económica hasta el chantaje de tipo personal.

La fuerza de sus acciones son las capacidades del control por medio de su ejercicio es su desplazamiento hacia esferas fuera de la política que se muestra de una forma externa a los ciudadanos, en busca de obtener sus intenciones sobre los poderes políticos de los sistemas de las estructuras estatales. Un ejemplo que se podría mencionar es el manejo de ciertos recursos vitales o de índole estratégico, los cuales pueden ser económicos y realizando movimientos para injerir en la toma de decisiones de un gobierno de turno.   

En algunos países las transnacionales, las iglesias, algunos tipos de centrales sindicales, grupos de poder económico están encuadrados en este término. Aunque la organización de las autoridades establece normas, las cuales limitan la actuación de los poderes que conforman un Estado, como son el legislativo, ejecutivo y judicial, no se puede ejercer un control legal sobre los movimientos y la influencia de los grupos que actúan como un poder fáctico. Estos pueden estar hasta enquistados en la misma maquinaria estatal desde hace muchos años.  

Ahora, por otro lado, hay grupos o personas que no se consideran poderes fácticos, mas ejercen el mismo rol de presión por medio de liderazgos de opinión, manifestando presiones en países donde esta capacidad tiene un movimiento basado en lo económico no en el lobby.

También existen aquellos que desean pertenecer a un poder fáctico por razones de sus mismos deseos de alcanzar el poder  o imponer visiones de análisis regionales sin el más mínimo conocimiento de este elemento. En algunos casos, lo confunden, con poder fascista o que puede venir de un solo sector de la sociedad. En la realidad de muchos países, estas acciones se establecen por el mismo desgano de la sociedad civil.

Es este punto, es que estos grupos que actúan en la oscuridad, o piensan que lo hacen, entorpecen una sociedad la cual debe buscar la transparencia.

Estas maquinarias de presión son dañinas para una democracia, pero hay que ser realista en lo político. Existen en sus métodos  y su poder es tan fuerte que muchas veces no es evidente. La búsqueda de una democracia inteligente necesita de ciudadanos   informados, no solamente de personas con intereses particulares en busca de ser los abanderados de sus visiones de lo que consideran lo mejor para las mayorías; si lo más cerca que han estado de una realidad social injusta es cuando pasan en auto frente de un  centro comercial junto a zonas de marginalidad, y piensan que cambiarán algo, sentados como intelectuales aislados en una reunión al calor de los tragos discutiendo de las injusticias. 

Estos son los primeros en ser candidatos a formar parte de poderes fácticos, pues existe una característica de estos actores, forman parte de estos estamentos y su de ser camaleones en la demagogia.

 Y estos aspectos, no es un tema de ideologías, pues un poder fáctico, no tiene intenciones políticas directas, su fuerza radica en estar atrás del telón. Esto facilita los movimientos para ejercer presión en toma de decisiones a su favor, y no tiene nada que ver con “cabildeos”, tiene que relación simplemente a actos de corrupción, ligados a tráficos de influencia.

Por eso mantener una postura crítica desde la organización ciudadana, va a permitir identificar los poderes fácticos emergentes en un región Latinoamericana que vista mucho de estar cimentando democracias transparentes y participativas.