• Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Sucesos - Búsqueda se intensifica

“Quisiera recibir aunque sea una llamada”, suplica hombre desesperado al perder a su hija en playa San Diego

La joven salió rumbo a los vestidores del centro turístico en el que se encontraban y ya no regresó.

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“Quisiera recibir aunque sea una llamada”, suplica hombre desesperado al perder a su hija en playa San Diego

Con notoria desesperación, Óscar Rivas Portillo completó anoche más de 24 horas en la búsqueda de su hija Kathia Alejandra Rivas Vaquerano, una adolescente de 15 años de edad, quien la tarde del pasado domingo desapareció del rancho de playa número 236, del pasaje 26 de la calle principal de San Diego, La Libertad.

Lo que en un primer momento era un viaje familiar se tornó en toda una pesadilla. El reloj marcó las 12:30 del mediodía cuando la estudiante de octavo grado del Colegio Adventista de Quezaltepeque -municipio en donde reside- llegó al rancho de playa junto a dos de sus hermanos menores, su padre y la madre de ella.

Lo primero al llegar fue preparar los alimentos. Ella ayudó a su padre a hacer una ensalada y luego todos se dispusieron a comer. Luego disfrutaron de la playa y la piscina, en ese rancho al que ya conocían muy bien, pues era el preferido de su familia para visitar.

Tras pasar una tarde entretenida, la familia se disponía a regresar a su casa a eso de las 4:00 de la tarde, no sin antes disfrutar unos minutos más el agua de la piscina del lugar, por la que cada miembro canceló $3.00 para tener derecho a su uso.

Antes de partir, la joven estudiante decidió cambiarse de vestimenta, por lo que le pidió a su padre las llaves del vehículo para poder sacar sus pertenencias. Él ofreció acompañar a la chica, pero esta le respondió: “No, de una vez me iré a cambiar al baño” y caminó hacia el automóvil.

Unos 12 metros era la distancia entre el carro y la piscina del rancho, por ende Rivas Portillo no perdió de vista a su hija, así que decidió permanecer con el resto de su familia.

Tanto él como su esposa observaron que la joven pasó al sanitario para cambiarse, tal como les había dicho. Regresó hacia donde ellos se encontraban, pero tuvo que regresar al vestidor para cambiarse la blusa.

Minutos después inició la angustia: la menor de edad no estaba en ningún lado del rancho. Se imaginaron lo peor.

La arena se la tragó

“Entré a dos habitaciones, entré a los baños y no estaba. No entiendo cómo desapareció si todo (los baños, las habitaciones) estaba enfrente de nosotros que estábamos en la piscina”, comentó Rivas Portillo a El Salvador Times.

Recordó que en el lugar también se encontraba estacionado un microbús particular, en donde se transportaban unas 10 personas que buscaban divertirse el domingo en el que se celebraba en el país el Día del Niño.

Con recelo observó al interior del microbús para ver si la joven no iba adentro al momento en que los turistas decidieron retirarse del lugar –dos horas después del percance-, pero fue en vano. Kathia Alejandra no iba en el vehículo. Tampoco se encontraba en la playa, pues su padre abarcó tres kilómetros a pie para dar con su paradero. Todo fue en vano. La arena se la había tragado.

“Quisiera saber que mi hija está bien y que no le ha pasado nada”, comentó con angustia el padre de la víctima, quien no ha parado de buscar a su hija mayor. Hoy lo hace en compañía de elementos de la Fiscalía General de la República (FGR) y de la Policía Nacional Civil (PNC).

De esta última institución, tres agentes policiales le indicaron que debían pasar 24 horas para poder iniciar la búsqueda cuando después de buscar por toda la playa su hija no apareció.

A Rivas Portillo le pareció paradójico que a la par del rancho que visitaban a menudo se encuentra la delegación policial de San Diego. Además, hay otros ranchos que cuentan con cámaras de videovigilancia, pero que no pueden ser consultadas por no contar con los permisos oficiales que exigirían y autorizarían hacerlo.

“No sé qué pensar, porque la niña es bastante nerviosa y es capaz que si alguien la tiene le pueden pedir mi número de teléfono y ella se puede bloquear”, comentó Rivas Portillo.

Por eso, desde que sucedieron los hechos no quiere salir de su vivienda para estar pendiente de cualquier llamada que puedan recibir al respecto. “Deseo poder recibir aunque sea una llamada y saber que mi hija se encuentra bien”, puntualizó.

Una búsqueda viralizada

Desde tempranas horas de este lunes, la noticia de la desaparición de Kathia Alejandra se extendió a través de las redes sociales y en los medios de prensa.

Uno de los que, como siempre, apoya este tipo de casos es el criminalista salvadoreño Israel Ticas, quien notificó que la menor de edad se encuentra desaparecida.

Ahora las autoridades, de la mano con la población se encuentran pendientes del paradero de la menor, quien desapreció sin dejar rastro.

La joven viste viste short blanco con flores y una blusa negra con lineas horizontales. Familiares agradecerán cualquier información al número 7613-7190 o 2323-5241.

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