• Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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¿Qué debe ofrecer Carlos Calleja?

¿Qué debe ofrecer Carlos Calleja?

La intención de algunos miembros de la derecha de postular la candidatura de Javier Simán no es más que una vuelta de tuerca que buscan hacer los nacional católicos salvadoreños para instalar desde la presidencia —siendo este un sistema político presidencialista— el conservadurismo más ortodoxo.

Esto es como que el Partido Republicano estadounidense lanzara a un miembro del Tea Party como candidato a la presidencia. La ciencia política moderna dicta que los puestos de los ultras llegan hasta la vice presidencia: el puesto más decorativo de toda la burocracia y, sirven para cohesionar el voto duro ante las concesiones que debe hacer el presidente para decantar al voto flotante a su favor. 

Entonces si al final se afianza la candidatura ultraconservadora de Javier Simán amparados en los resultados positivos que puede obtener ARENA en 2018 y hagan lectura equivocada de que si postulan a un ultraconservador tecnócrata opuesto al salario mínimo con eso ganaran en 2019 terminaran confirmando la regla de que cuando ganan legislativas pierden presidenciales.

II

Carlos Calleja, quien anunció por fin su intención de participar en política partidista debe, si desea salir airoso de su bien calculada decisión, debe realizar la afortunada, oportuna y necesaria mezcla de las derechas en donde el discurso liberal predomine. 

Lo que hasta ahora ha evidenciado a ARENA como un partido que solo desea poner el Estado al servicio de un grupo millonario es ser liberal solo en el económico.

No se trata de posicionarse en temas que pueden chocar con tradiciones, creencias y costumbres conservadoras arraigadas que vuelven —no olvidar— nuestra cultura doble moralista y que esto a la larga genera otros problemas sociales. Pero tampoco la suma pasará por excluir el pensamiento de los millennials y la generación Z que son la mayoría de salvadoreños en la actualidad y que siendo individualistas —verbigracia de la revolución tecnológica— respetan la libertad personal tanto para el trabajo como para qué hacer con el cuerpo.

En eso falla ARENA ahora guiado por los nacional católicos: creen que el posmodernismo es pecado, cuando no es ni bueno ni malo, simplemente «es». Notable es que en la derecha actual no solo se nos excluye a liberales democráticos sino también a los no catolicos: ARENA es predominantemente conservadora y católica. 

Por eso, entre Javier Simán y Carlos Calleja el segundo es quién puede hacer creíble y real un discurso que prometa la revolución tecnológica salvadoreña como el primer paso para desentrampar la carestía de empleos. 

¿Qué es esto? Industrializar nuestras materias primas. La gran deuda histórica económica y social de los conservadores que pusieron los huevos en una sola canasta en el siglo 19 con el café y continuaron con el mismo error en el siglo 20 dejando como única opción de empleos los servicios y maquilas es que les cuesta entender que estos sectores de la economía tercermundista nunca garantizarán salarios decentes y menos promueve la calificación y cualificación del empleado. 

Al historiar no podemos obviar el rol que la familia Simán jugó en la época contemporánea desde su influencia en el gobierno —para bien o mal— en privilegiar el sector donde tienen la mayoría de sus empresas lo que no se puede decir del grupo Calleja que se ha limitado a usar el sistema. 

La educación es importante para mejorar salarios. Necesitamos más matemáticas e ingenieros y Carlos Calleja tiene que decirlo: hay que orientar la educación hacia eso con las implicaciones que significa para la atrasada, rígida y memorística plantilla de profesores salvadoreños.

Ese es el discurso confrontativo que debiese tener una derecha liberal no ir contra las libertades individuales.

Si ARENA ganará las elecciones legislativas en 2018 no es por el brillante trabajo del COENA y menos por el gatopardismo desempeñado por sus diputados en la Asamblea Legislativa. Decir eso es demagogia y creerlo es estupidez. 

ARENA no ganará sino que lo que sucederá es que el FMLN recibirá un voto de castigo por no haber podido paliar los grandes temas nacionales: trabajo, inseguridad y economía y eso no debe desestimarlo ningún candidato. 

Corolario:

Javier Simán dijo algo —durante el debate del salario mínimo— en lo que coincido con él: la remuneración del empleado salvadoreño es bajo porque está acorde a sus capacidades.

El Salvador saldrá de la pobreza desde la agricultura. Como China Popular o Australia. Pretender instalar a los servicios como la única fuente de empleo e insistir como ha hecho ARENA cuando fue gobierno en ello es el mismo error que el chavismo cometió con el petróleo.  

ALBA pudo arrancar el aparato productivo salvadoreño desde la agricultura, pudo en 10 años dejarnos la agroindustria. Pero no lo hicieron y no ubico a alguien dentro de la izquierda que sepa cómo hacerlo.

Quizá Gerson Martínez hubiera sido mejor ministro de agricultura porque algo similar a lo que hizo en el MOP se necesitó en el MAG. 

El tiempo perdido hasta los santos lo lloran, 2018 será el año del voto de castigo para el FMLN y esto no garantiza que ARENA volverá al ejecutivo en 2019.

Posdata: espere mi artículo Nayib Bukele: revolución en la revolución.