• Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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Trump: inicia una era desastrosa

Si Trump desata la guerra comercial como ha prometido, la respuesta de China será cerrar su mercado de 1,400 millones de personas a los productos estadounidenses generando una crisis económica mundial.

Trump: inicia una era desastrosa

¿Por qué el pensamiento conservador se impone siempre aun en la izquierda? El conservadurismo no es en sí un partido sino una mentalidad. Contrario a la derecha tradicional Trump ataca el libre comercio. Ergo esperamos ¿cómo desarrollará o no su anunciada guerra comercial contra China, México y Vietnam?

Su oferta electoral consistió en regresar fábricas que se han marchado de EE.UU. Para eso China (nombrada por Trump como el ladrón más grande de todos los tiempos) tendrá que dejar de ser la fábrica del mundo. Para lograrlo impondría impuestos altos a productos provenientes de Asia. Ganó las elecciones creando un enemigo inexistente.

¿China roba a EE.UU.? Eso no es cierto. Veamos:

Apple fabrica Iphone en China con un costo de $180 cada uno. Para hacer esta maquila China trajo piezas del extranjero por un valor de $172. ¿De qué países importó China?: de Corea del Sur, Japón, Alemania y EE.UU. por ensamblarlo China cobró $8. 

Trump y sus votantes distorsionan la factura para construir su discurso anti globalización. China cobra, dicen, $180.  

¿Roba trabajos China a EE.UU.? Tampoco. Los mejores puestos de trabajo en la cadena de producción Iphone así como mejores ganancias: las ventas, quedan en EE.UU. 

Una guerra comercial con los chinos afectará más a estadounidenses ya que desde 2005 las ventas hacia el gigante asiático se han triplicado. 

Siguiendo con Apple: China compra el 20% (53,000 millones anuales) de la venta mundial de esa empresa. Esto sin contar las ventas de Boeing; carros de GM; ropa Nike y toneladas de café en Starbucks.

Por eso si Trump desata la guerra comercial como ha prometido -vimos su amenaza a autos y fármacos con México- en caso de China la respuesta será cerrar su mercado de 1,400 millones de personas a los productos estadounidenses generando una crisis económica mundial.

Para comenzar. Luego seguirá el efecto sobre la clase media y pobres en EE.UU. (los votantes de Trump) disminuiría su poder adquisitivo como resultado de la guerra comercial. ¿Por qué? Porque una desaparición violenta de manufacturas chinas en el mercado provocará el aumento de costos en la fabricación de productos. Una hora de trabajo en EE.UU. no cuesta igual que en China.

Según la lógica de producción mundial actual estos problemas originados por el proteccionismo trumpista provocarán falta de competitividad en empresas estadounidenses y, el WS journal anuncia una recesión si las promesas de Trump se hacen realidad.

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¿Es cierto lo que dice y sienten Trump y sus votantes blancos pobres? Los números dicen que no:

Desde 1980 es cierto EE.UU. perdió más de 7 millones de empleos pero la producción industrial se duplicó haciéndolo el más fuerte del mundo a día de hoy.

¿Entonces qué sucede? La culpa no es China sino las fábricas que ya no necesitan emplear a tanta gente como antes debido a que la mayor parte del trabajo esta automatizado. GM que llegó a tener 600,000 trabajadores en 1970 ahora con la tercera parte de obreros produce más carros que en toda su historia.

A continuación la teoría de supremacía blanca se viene al suelo: ¿de qué se quejan los votantes blancos estadounidenses entonces? Ahora trabajan 152 millones de personas. Más que en toda su historia.

Los obreros no se adaptaron a la última revolución industrial: la tecnológica. Esta está eliminando todos los trabajos sucios, aburridos y que demandan fuerza física volviéndolos automatizados y, eso, comenzó en EE.UU. 

El trumpismo prometió una guerra comercial para traer el pasado de regreso. Pero el pasado jamás regresa y en ese intento se perderán millones de empleos en el mundo.

El trumpismo podrá quedarse orgulloso de ser nacional populista, racista, homofóbico, machista, proteccionista, anti establishment, mal educado, xenofóbico e imperialista y quizá con eso y gracias al hastío del pueblo estadounidense Donald Trump incluso gane un segundo mandato aunque para ello tenga que declarar otra guerra al Islam. 

Pueda que el odio hacia el establishment aumente ya que seguirá aun más rico estos años y, él, será la forma de apagar el incendio con gasolina que han encontrado los electores clasemedieros a los que Obama desilusionó.

A Obama le pasó lo mismo que al FMLN: el saliente presidente estadounidense tuvo una vez que llegó al poder confesar que no era negro. Igual aquí en sus casi ocho años de gobierno la ex guerrilla entre líneas nos dice que no es izquierda.

Corolario:

Al inicio de la clase de Historia Universal siempre hablamos sobre pre historia. Allí definimos los cerebros humanos hasta la fecha: sedentarios (mentalidad) y nómadas (movimiento) o si gustan derechas e izquierdas.

Por décadas EE.UU. nos dijo que globalización y libre comercio sin proteccionismo eran el mejor camino para salir de pobres y hasta ahora ha funcionado. Si en algunos lugares no, (El Salvador) es debido a políticos corruptos y elites extractivas. Pero para ellos hasta ahora funcionó, es más, es la base de su poder blando y fuerte.

Ante la gritería proteccionista de Trump China retomará el vacío dejado por EE.UU. en el TPP. Este era un acuerdo que representa el 40% del PIB del mundo y que hubiera significado un aumento en sus exportaciones de 350,000 millones con también millones de empleos.
 
Una guerra comercial en una civilización tan interdependiente a la larga lo que presagia es la disminución de la influencia estadounidense en el mundo a menos que Trump tenga un plan, -que solo él conoce- para que todo este orden sea sustituido por otro que hará a América grande otra vez.

El riesgo es que Trump envía señales que pueden hacer que se vuelva a odiar a América otra vez. 

No hay duda. Contra Bush estábamos mejor.