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La discriminación en los anuncios de trabajo

La discriminación en los anuncios de trabajo

En el año 2012 publiqué un análisis sobre la discriminación que se manifiesta en los anuncios que solicitan contratar a personal en distintos ámbitos laborales. Esta mantiene lo cual demuestra, que en nuestras sociedades, este tipo de discriminación se continúa dando. Por esa razón,  retomo el tema sobre lo que es una real forma de exclusión hacia muchas personas. 

El tema de la discriminación laboral en los anuncios de trabajo es un asunto que no se ha analizado con la debida profundidad.  En dichas publicaciones se manifiestan todo tipo de formas discriminatorias hacia los ciudadanos que buscan empleo. 

Los ejemplos no son necesarios enumerarlos en su totalidad, simplemente se abre cualquier periódico y, en los anuncios de empleos, se encontrarán flagrantes formas de discriminación contra muchos segmentos sociales. 

La utilización de la fotografía como parte de las exigencias de una “hoja de vida” es una expresión visual de discriminación por medio de la imagen. La capacidad laboral no puede juzgarse por un retrato. Esto es complemente discriminatorio, ya que para muchos de los gerentes de recursos humanos, quienes reciben la documentación, realizan una segmentación por una simple foto  que no expresa las capacidades intrínsecas de los años de experiencia de un postulante. 

Los argumentos dados, en el tema de la imagen, se fundamenta en “buena presentación”. Ahora quién define lo que es buena presentación. En países como Estados Unidos, la utilización de la fotografía, en estos documentos, no tiene ningún peso, ya que el color de piel o aspecto del fenotipo humano, puede ser un argumento de racismo laboral algo que en los países latinoamericanos es de lo más normal a la hora de seleccionar.

El rango de edad es otro punto que siempre se puede ver en estos anuncios. Pedir no mayores de 35 o 40  años, deja afuera a una gran parte de los desempleados, quienes actualmente se mueven en busca de un puesto laboral. La creencia ingenua de que una persona de menos edad, es más competitiva, tiene una razón: la búsqueda de poder pagar sueldos bajos con el argumento de la falta de experiencia en un puesto. De esta forma, miles quedan fuera de cualquier posibilidad de integrarse a labores en cualquier área, pues algunos empleadores y empresas de reclutamiento, ocupan esta forma discriminatoria como una filosofía de selección.

El sexo como punto de contratación  es una de las peores formas de la discriminación. Buscar señoritas para puestos relacionados al área de mercadeo o como asistentes gerenciales, por mencionar un ejemplo, se representa con fotos de modelos en las publicaciones de estos anuncios. Esta visión obtusa de la mujer como simple imagen es producto de una cultura machista. Desarrolla una cosmovisión de la estética sobre las capacidades y discrimina a los hombres.  

Se crea un estereotipo los cuales encasillan y, a la vez, discriminan a los hombres de estos puestos. En esto hay que ser claro y sin tapujos, muchos (hombres) quienes contratan en algunos casos van pensando en otros intereses de tipo sexual o conocer posibles opciones de conexiones sin relación al trabajo, lo cual lleva siempre a algún tipo de acoso sexual ya sea verbal o de insinuaciones. Los casos de esta infracción son muchos, pero no son reportados por no querer perder el empleo. Este tipo de abuso es normal y es aceptado por ciertas mujeres profesionales como parte de la dinámica laboral machista e injusta hacia ellas mismas. 

Los anuncios son claros y sus letras no mienten. Eso es lo que se busca a la hora de contratar para un empleo.  Un enjambre de características que fomentan el abuso, la discriminación y la violación de derechos laborales, en pos de una perspectiva que reproduce un sistema de injusticias de una forma micro. Los estudiantes o recién graduados contratados con salarios de miseria, sin prestaciones laborales, ni contratos  no es una exageración, sino una realidad.  Para muchos esto puede ser desconocido, ya que por relaciones de amistad logran crecer laboralmente (algo válido por el tema de puesto de confianza), pero para la gran mayoría, sin esos nexos, la cuestión toma un matiz cada día más oscuro. 

La solución para este tipo de discriminación está en las manos de las instituciones defensoras de los derechos humanos  y laborales. Se debe  reconocer estas violaciones que abarcan a todo el segmento laboral del país y que al final se suma a los problemas de stress, depresión y angustia y como parte de la realidad de los desempleados que pululan por una oportunidad de trabajo digno. Una oportunidad  donde no debe influir  su fisonomía, edad, género, apellido o raza como ventaja o desventaja al momento de su elección para ejercer nuevamente un rol productivo en estas sociedades en crisis.