• Diario Digital | jueves, 18 de abril de 2024
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Meditaciones corruptas

Meditaciones corruptas

¿Yo tener miedo a la muerte? ¡Jamás! no llegué alto para temer las amenazas del populacho.

Soy un valiente y reconozco mis delitos, los cuales me achacan estos miserables. Ahora vienen con   nuevas leyes y revoluciones efímeras. No me interesa saber que tienen contra mí.  Yo soy el más poderoso en mi estilo.

Nunca fui uno de esos corruptos con quienes me agrupan. Un grupo de patanes sin educación que pasaron por la universidad solamente para ocupar el baño. Yo era especial. Nunca afecté a nadie que no lo mereciera. Simplemente hice mi parte cuando se debió hacer ¿Eso es un delito querer imponer la verdad? Dejamos caer el castigo sobre aquellos que siembran el desorden en la búsqueda de ilusiones de justicia. Nosotros éramos la justicia. ¿Qué más quería esta chusma inconsciente? ¿Llevarla en los hombros para toda la vida? El Estado no debe intervenir, solo debe dejar pasar. La vida se mueve sola con la fuerza del universo. Es una ley natural.

Ahora me encierran con todos esta chusma de delincuentes comunes. Yo que bebí de los mejores vinos, los tequilas más caros, del caviar traídos con dedicatoria por parte de los embajadores y dignatarios que se codeaban conmigo. Fui el que puso orden en el caos que se vivía. Me culpan a mí de su propia estupidez. Yo salvé esta ciudad fría y aturdida por la fiebre del consumismo. Enseñé con mis doctrinas a miles a pensar que lo malo era malo y que yo era la solución.

Hoy me dan vuelta la espalda los traidores y esperan verme caer del cadalso. No les daré el gusto a estos corruptos de la nueva era. Tengo el plan perfecto y será un secreto hasta el fin de los días. Nosotros somos una estirpe longeva, no morimos cuando algunos quieren, lo hacemos cuando nosotros los permitimos.

Y mientras exista la justicia de los hombres machos, no de los criados por sus mamitas, regresaremos con la marea alta. No será una venganza, será la ley del más fuerte, la superioridad de la clase frente a las masas educadas por mediocres. Solo vean a mi abogado picando piedras, otra idea loca de estos demagogos oníricos. “El trabajo duro es el remedio al ocio” nos vociferan por un megáfono en la sala número 9.

Piensan que sus políticas basadas en el trabajo duro nos harán reflexionar de nuestras acciones. Río de sus equivocaciones infantiles. Nosotros no hicimos nada malo, repito, solo cumplimos con el mandato del pueblo. Ellos depositaron el voto en la cajita.Yo tenía que buscar mi beneficio y el de mi familia. Es mi naturaleza, es la naturaleza de todos.

No soy un corrupto, no lo soy, ellos sí. Yo tengo pruebas que me engatusaron. Luchamos por nuestra libertad a ser únicos, a brillar como un imperio de mil estrellas. Solo quiero salir de este lugar. El perdón es para los débiles, lo sé, no me quitarán eso. Mis casas no son producto de la delincuencia, son la fuerza de mi trabajo por la sociedad. Por favor, crean en mis palabras como hicieron antes. Ellos, los de allá, los que pican piedra por el resto de sus vidas, esos fueron los que manejaban los hilos. Ese flaco  era un soplón que manejaba la información de las familias. El enano dirigía los grupos de asesinos como oficial político. Ellos me mentían a cada momento. Yo no di esas órdenes. Tomen todo lo mío, a mis esposas, a mis hijos, ellos puedan pagar la deuda histórica.

Tengan piedad de mí, se los suplico. No quiero morir dividido en dos partes. Les pido perdón, es el stress y estos malditos grilletes en mis tobillos. Ni se imaginan el trato que recibimos en este centro penitenciario. Violaron mis derechos humanos a diario. Yo era su  gobernante ¡Maldición! Su deber es escucharme todavía. 

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— Me tenía loco esta rata corrupta. Sus últimas palabras fueron largas. 

— Lo sé, Martín, estas ejecuciones son un asco. Hasta la hora de caer la navaja de la guillotina sobre su cuello, no paran de chillar mentiras como cerdos en el matadero, como que si alguien los pudiera escuchar ahora. Tengo sed. ¿Vamos por una botella de vino tinto?

— Pero rápido, ya traen al otro grupo  y hay que limpiar la cochinada del cadalso. La horca era más limpia. ¡Qué trabajo más sucio el que nos asignaron!