• Diario Digital | martes, 16 de abril de 2024
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Sucesos

Ellos son los reos que quieren cambiar su historia haciendo deporte

Durante tres días, más de 500 reos en fase de confianza de 16 centros penales demostraran su talento en diversas disciplinas artísticas y deportivas en el marco de los primeros Juegos Deportivos Penitenciarios organizado por la Dirección General de Centros Penales (DGCP).

Al lugar llegaron familiares de los internos, quieren no tardaron en demostrar su apoyo pese a que muchos de ellos cumplen condenas por homicidio, robo, extorsión y agresiones sexuales.

Para muchos de los internos, el proyecto penitenciario "Yo Cambio" abrió un sin fin de ventanas que hacen que el cumplimiento de su condena sea más llevadera.

El Salvador Times recogió algunas de las historias que llegaron a demostrar que "merecen una segunda oportunidad". 

Ajedrez, baloncesto, levantamiento de resistencia, tenis de mesa, baile moderno y música son algunas de las disciplinas culturales que fueron puesta ante los ojos de la sociedad. 

“El baile siempre ha sido lo mío”, dijo Omar con una sonrisa en el rostro. Él tiene 26 años y fue condenado a 10 años de prisión por el delito de extorsión, de los cuales ha cumplido ocho en centro penal La Esperanza. Su pasión es moverse y doblar su cuerpo al ritmo de la música. “Con mi familia iba bien y estudiaba… por las malas amistades tiene que ver al cometer algún error", señaló. Su mayor anhelo es ir a la playa en su primer día de libertad. Ríe y a la misma vez se le llenan los ojos de lágrimas.

Otro joven que comparte esta pasión es Kevin Chicas, de 19 años. Desde de los 13 años practica la danza moderna y expresa con mucho orgullo pertenecer al grupo da baile de Mariona. “Estamos tratando de salir del mundo en el que estamos metidos, tratando de transformar nuestras vidas para hacerle ver a la sociedad que no somos lo que ellos piensan… merecemos otra oportunidad”, dijo. Actualmente cumple una condena 7 años y medio por extorsión de los cuales lleva dos años, “estaba en el momento equivocado”, se justifica. Su sueño es ir a iglesia y cambiar su forma de vida.

“A través de la música podemos salir de un penal”, dice Tony Orellana, de 34 años, quien es vocalista de la Orquesta Nueva Esperanza, la primera agrupación musical de un centro penitenciario. Antes de ingresar a penal, en 2009, Tony ya tocaba en diferentes grupos musicales y cuando llegó al penal su refugio fue la música. Él señala que cuando se está dentro de un centro penal lo que más añora es la libertad “llega un momento que uno se siente tan solo que aprende a valorar todo lo que uno ha dejado afuera”. Se le sentenció a cumplir una pena de 10 años por el delito de agresión sexual, le faltan tres años para salir en libertad.

Mientras, Vladimir Alexander Barrera, de 25 años, toca la guitarra y sabe bailar música tropical. Durante mucho tiempo se dedicó al baile, con otros amigos llegó a conformar una academia donde enseñaba a otras personas su pasión. Cuando llegó al Centro Penal “La Esperanza” no conocía con exactitud el manejo de los instrumentos, pero con el paso de los días su amor por la música se fue construyendo hasta ser parte de la orquesta. Dice que la experiencia de haber llegado al centro penitenciario no fue en vano, ya que su manera de pensar cambió. “Los primero días fueron impactantes”, dice. Él cumple una condena de 4 años por el delito de robo agravado.

Edwin Trujillo, cumple una condena de 10 años por el delito de extorsión. Actualmente es uno de los miembros de la orquesta Nueva Esperanza. Antes de llegar a este centro había tomado clases de música, por lo que no le costó adaptarse y aprender nuevas técnicas musicales. Edwin dijo que acepta su delito pero que el proceso judicial no fue justo; "yo le hice la promesa a Dios que en el primer día de libertad lo visitaría en una iglesia para agradecerle", expresó. Cuando estuvo en libertad dice que envió una diversidad de hojas de vida solicitando trabajo pero las puertas no le fueron abiertas.

El ajedrez para analizar la vida

Otra de las disciplinas deportivas que compitieron es ajedrez. Edith Erazo, de 30 años, fue una de las participantes. Este deporte lo descubrió dentro del penal; "es bien difícil vivir limitada, con el ajedrez aprendemos a analizar la vida. Podemos hacer buenos actos en nuestra vida", dijo Edith, quien asegura que el cambio en su vida es evidente. Su objetivo es enseñar a otras mujeres a jugar ajedrez. Sueña con ir de comprar a tiendas de ropa en su primer día de libertad.

Otra historia es la de Elías Urbina, de 28 años, quien ha pasado casi 10 años de su vida recluido en Mariona y en poco días saldrá en libertad. Apunta que han sido años difíciles, pero a través de el deporte ha sabido conocer la disciplina y el valor para cambiar su vida."Es difícil pero no es imposible siempre y cuando uno ponga esmero", dice. Elías, quien lleva ocho años jugando ajedrez y lo cataloga como un juego "honesto". Él desconoce donde podría estar su familia, cuando salga de prisión sueña con ir en su búsqueda "hace cinco años los logre ver".

"Yo no me creo que este aquí jugando... es sorprendente para mi", dice Alexander Méndez, de 24 años. Lo condenaron a 15 años por el delito de extorsión agravada y hace cinco años que juega ajedrez. Él dice que este juego le entretiene dentro de centro penal. Alexander tiene más de seis años de no ver a su familia, hasta este día que logró saber de ellos "Ellos no me creían que me había ganado un boleto para venir aquí. Mi familia se siente bien orgullosa", dice con una sonrisa en el rostro.

El galardón en una mesa 

"Me siento contento de venir a demostrar mi talento", dice Ernesto quien se convirtió en el campeón del primer lugar en la disciplina tenis de mesa, él representa el Centro Penal "La Esperanza".  Él tiene una condena de 30 años por el delito de homicidio. Lo que más extraña es a su familia y dijo que nunca imaginó vivir su vida en un centro penal quien no tarde en expresar que "la vida es difícil".

Al igual que Ernesto, Edwin Alemán piensa que despejar la mente es esencial para un reo. Edwin fue detenido por la venta de droga y fue recluido en varios centros penales hasta llegar al penal "La Esperanza". Edwin antes de llegar al penal era deportista en tenis de mesa, desde su primer día en privación de libertad se enfrascó en el juego hasta tener el cargo de entrenador "Hay que darlo todo y salir adelante", expresó. Durante la competencia ganó el tercer lugar.

Levantamiento de potencia con poca experiencia

Para los que llegaron a uno de los salones de levantamiento de potencia en el Palacio de los Deportes fue algo inédito ya que los deportistas lograron demostrar  la fuerza que tienen para levantar cientos de libras a pesar de no tener un entrenamiento avanzado en esa disciplina. 

Misael Clímaco tiene 30 años de edad y lleva recluido 11 años por el delito de robo en el Centro Penal de Sonsonate. Él al igual que otros reclusos practica el levantamiento de potencia la cual consiste en levantar diversas cantidades de peso. El deporte viene practicando desde hace muchos años y considera que ha cambiado su vida de manera positiva. Su mayor carga fue de 340 libras lo que le llevó a ser uno de los primero lugares dentro de la competencia. "El deporte hace que la vida sea mucha más al suave. La vida dentro de la cárcel es difícil" señaló.

Wilson Iván, tiene 26 años de edad, y ganó el primer lugar en levantamiento de potencia en la categoría de peso menor. Wilson está recluido desde hace cuatro años en el Centro Penal "La Esperanza" donde ha sabido demostrar su agilidad para el deporte.

Ellos son los reos que quieren cambiar su historia haciendo deporte