Un joven de Kibigori, Kenia, finalmente pudo sentirse libre luego de una operación para reducir sus 5 kilos de testículos, así como su pene de 1 metro de largo. Todo comenzó cuando Horace Owiti Opiyo, de 20 años, descubrió que tenía un quiste en sus genitales a los 10 años de edad.

Esto ocurrió debido al piquete de un mosquito, el cual libera parásitos a través de su aguijón. Éstos a su vez, provocaron una obstrucción en el sistema de drenaje de su cuerpo, haciendo que el líquido se acumulara y creciera con el paso del tiempo.

En el 2007, Owiti fue sometido a un primer procedimiento quirúrgico, en el cual se logró detener el crecimiento de sus genitales. Sin embargo, tiempo después el problema regresó, lo cual requería una nueva y más grande operación.

Su vida no ha sido fácil, pues sostener tanto peso le resultaba doloroso y no podía caminar ni sentarse correctamente. En su escuela, sus compañeros se burlaban de él, y ante la imposibilidad de poder pagar la cirugía que necesitaba, decidió abandonar sus estudios y mantenerse alejado de la sociedad.

Vive junto a su hermano Eliza y su abuela Salina, ya que sus padres murieron cuando él solamente tenía 5 años de edad. En varias ocasiones mencionó a su abuela que sentía que esto no era una obra de Dios, sino del diablo, lo que lo llevó a caer en una profunda depresión.

Para tratar de ayudar, su vecino Duncan Otieno decidió tomarle varias fotografías y publicarlas en Facebook, con la esperanza de que alguien las viera y pudiera ayudarlo. Las imágenes al final llegaron a la esposa del gobernador del condado de Kisumu, Olivia Ranguma, quien, conmovida por su historia, pidió a un médico que evaluara a Owiti.

El doctor Emmanuel Benge, del Hospital Jaramogioginga Odinga, se encargó de la evaluación llegando a un diagnóstico de una elefantiasis escrotal. En términos médicos, esta condición es llamada linfedema, pero, al presentarse en una zona genital con ese crecimiento, se le da el nombre de elefantiasis.

El joven fue sometido a dos cirugías, en una, se le retiró la piel y el peso de los testículos, mientras que, en la otra, se realizó una reconstrucción de pene a un tamaño más usual. El procedimiento resultó riesgoso, pues con la cantidad de vasos sanguíneos en esa zona, podría provocarse una hemorragia y de ahí un shock en el paciente.

Por fortuna, todo salió bien en la operación y ahora Owiti puede disfrutar de una vida normal. Cuando despertó, menciona, lo primero que notó y le sorprendió fue que su cuerpo se sentía más ligero y que toda esa pesadez que cargaba se había ido.

En una entrevista, declaró sentirse libre y que ahora es capaz de hacer cualquier actividad como los demás chicos de su edad: "Ahora puedo correr y jugar al fútbol. ¡Ahora soy libre! El siguiente paso que quiero dar es educarme. ¿Quién sabe qué pasará en el futuro?"

Antes, le resultaba imposible siquiera usar pantalones y hoy en día, además de usar ropa normal, no teme ponerse un traje de baño e ir a nadar. Entre sus planes a futuro, se encuentra el de volver a la escuela y retomar sus estudios para finalmente obtener su título.

En cuanto a su capacidad reproductiva, los médicos le han dicho que es capaz de sostener relaciones sexuales y que incluso podrá tener hijos en un futuro si así lo desea. Esto ha motivado a Owiti, quien desea casarse y procrear con su esposa, pero, como ya mencionó, lo primero que quiere hacer es terminar la escuela.

Advertencia: Las siguientes imágenes contienen material explícito y pueden resultar sensibles para algunas personas.