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Curiosidades - Parejas

Los nueve errores más comunes que cometen las parejas en la cama

La experta en sexo Annabelle Knight asegura que la mayoría de los problemas de intimidad surgen de malentendidos simples y ofrece recomendaciones para solucionarlos.
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Fotos EST/Cortesía
Los nueve errores más comunes que cometen las parejas en la cama

Las relaciones de pareja más estables no están exentas de obstáculos en la intimidad. Annabelle Knight, experta en relaciones de pareja, advierte que existen nueve errores frecuentes que pueden transformar el dormitorio en un espacio de distanciamiento y frustración. Sin embargo, asegura que estos problemas tienen solución: recuperar la comunicación abierta y regresar a los fundamentos de la intimidad.

Para Knight, la mayoría de las dificultades surgen por simples malentendidos o falta de diálogo, más que por incompatibilidades profundas, tal como expuso en una columna especial para el Daily Mail.

1- Convertir la intimidad en una obligación

El primer error identificado por Knight consiste en abordar el sexo como una tarea doméstica más. “A veces las parejas sienten que deberían tener sexo”, explica la especialista, “en lugar de experimentar un deseo natural de ser íntimos. La intimidad no es algo que debas marcar como completado en una lista de tareas; es un momento para reconectarte como pareja”.

La experta enfatiza que la calidad supera a la cantidad en estos casos. Si el deseo no existe naturalmente, forzarlo puede causar más daño que beneficio. Knight recomienda programar tiempo para la cercanía emocional sin la presión específica del acto sexual, permitiendo que la conexión fluya de manera más orgánica.

2- La trampa de la rutina excesiva

Las parejas establecidas frecuentemente desarrollan patrones predecibles que, aunque cómodos, pueden volverse contraproducentes. “El buen sexo no tiene que lucir de cierta manera”, reconoce Knight, “pero el sexo rutinario, donde te adhieres al mismo proceso y posiciones cada vez, puede volverse demasiado cómodo cuando la novedad desaparece”.

La introducción de pequeñas variaciones puede revitalizar significativamente la intimidad sin necesidad de cambios drásticos. Nuevas experiencias estimulan las hormonas de placer como la dopamina, manteniendo viva la chispa a través de juegos, posiciones diferentes o interpretación de roles ligera.

3- Ignorar los lenguajes del amor

Muchas personas consideran los lenguajes del amor como simple jerga moderna, pero Knight los defiende como herramientas valiosas para identificar cómo damos y recibimos afecto. El contacto físico cotidiano, particularmente, trasciende el dormitorio y fortalece la conexión general.

“Muchas parejas a largo plazo olvidan que el contacto físico es cómo mostramos afecto en la vida diaria”, señala la experta. Tomarse de las manos, abrazarse y tocarse casualmente fortalece los vínculos tanto dentro como fuera del dormitorio, haciendo que la intimidad sexual se sienta más natural.

4- Descuidar la conexión emocional

Al concentrarse exclusivamente en la conexión física, los sentimientos pueden quedar de lado. Knight considera la intimidad emocional como fundamental: “Para muchas personas, la intimidad emocional les ayuda a sentirse vistos, escuchados y apreciados. Como dice el dicho: 'Los preliminares comienzan fuera del dormitorio', muchos de nosotros anhelamos preliminares emocionales”.

La especialista sugiere recuperar elementos de la fase de luna de miel: mensajes, cumplidos y pequeños momentos de calidez que reafirmen el aprecio mutuo y el deseo.

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5- Asumir conocimiento total de la pareja

Conocer a alguien durante años no equivale a leer la mente, advierte Knight. “Asumir que siempre sabes cómo se sienten, qué quieren y qué les gusta puede limitar esas conversaciones honestas cruciales sobre sexo e intimidad”.

Las necesidades evolucionan con el tiempo y las preferencias cambian junto con la relación. La experta recomienda crear espacios seguros para verificar qué funciona y qué puede mejorarse, utilizando preguntas abiertas como “Tengo curiosidad, ¿qué te interesaría probar?” para mantener el diálogo productivo y atractivo.

6- Olvidar el placer propio

Priorizar exclusivamente el placer de la pareja sobre el propio constituye una receta para el desastre, según Knight. “A veces encuentro personas tan enfocadas en complacer a su pareja que dejan de lado lo que se siente bien para ellas”.

Las relaciones sexuales saludables prosperan cuando ambos se sienten realizados. Abogar por el propio placer no es egoísmo, sino una necesidad para mantener el equilibrio, ya que una conexión desequilibrada puede generar intimidad insatisfecha y resentimiento.

7- Añadir presión excesiva

Las conversaciones sobre sexo y sus representaciones mediáticas frecuentemente se centran en experiencias extraordinarias con orgasmos interminables. Knight advierte que “no todo el sexo tiene que ser del tipo cinematográfico”.

La vida es desordenada e imperfecta, y agregar demasiada presión puede hacer el sexo innecesariamente estresante. La especialista recomienda crear rituales relajantes como duchas tibias, abrazos y luces tenues para facilitar un ambiente menos intenso donde la intimidad emerja naturalmente.

8- Usar el sexo como arma o recompensa

Aunque frecuentemente se bromea sobre este tema, convertir la intimidad en herramienta de control puede ser extremadamente perjudicial. “Por supuesto, si una pareja te ha molestado o herido, es natural retirarse de la intimidad”, reconoce Knight, “pero convertir el sexo en una herramienta de control es un error común del dormitorio”.

Mantener separados la resolución de conflictos y la intimidad resulta crucial. La comunicación abierta debe resolver las disputas fuera del dormitorio, mientras que la cercanía sexual debe permanecer como un espacio seguro y mutuamente controlado.

9- Olvidar que los deseos evolucionan

El último error consiste en no reconocer que el deseo evoluciona naturalmente con la relación. Esperar mantener la misma chispa y energía sexual de las primeras etapas resulta frecuentemente irrealista, aunque la química sexual sí tiene longevidad.

Knight concluye que adaptarse a los cambios y ajustar el enfoque resulta esencial para mantener la conexión sexual a largo plazo. El deseo a largo plazo se cultiva pero no permanece constante, fluctúa naturalmente, y construir experiencias compartidas mientras se prioriza la diversión y la aventura constituye la clave para mantener viva esa chispa especial.

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