Un ladrón se llevó el botín de su vida al sustraer de un garaje un Ferrari modelo 458 Spider valorado en unos $300,000. Al menos, eso pensó hasta que le falló un detalle, no tenía dinero para pagar la gasolina para el vehículo.

Fue así que las autoridades de Santa Ana, California, detuvieron a Israel Pérez Rangel el pasado 1 de noviembre.

El hombre fue capturado en una gasolinera donde, según la cadena ABC, "estaba pidiendo dinero para pagar el combustible". Las cámaras de seguridad identificaron el vehículo como el que había sido robado días antes e interceptaron al ladrón, quien intentó huir pero fue capturado en medio de unos matorrales.

Según las autoridades, el 458 Spider estaba en un centro de reparaciones de Costa Mesa donde fue sustraído en octubre después de que un trabajador dejó la llave en el asiento del copiloto. Al momento de la recuperación, el carro tenía varios destrozos.

La gran ganadora de este hecho fue la propietaria del vehículo. Según el periódico Los Angeles Times, la aseguradora pagó la indemnización por el robo y con el dinero se compró unLamborghini Huracan año 2018.