Gareth Bale parece haber asumido que es complicado que juegue de inicio la final del sábado. No disputa un partido desde hace seis semanas, cuando Zidane apostó por él como titular ante el Barcelona. Pidió el cambio en el minuto 38 por un problema en el sóelo.

Fue el tercer contratiempo de Bale que, después de un notable arranque de temporada, se ha visto frenado por las lesiones. Primero, en noviembre, una operación en el tobillo y después una rotura en el sóleo. Fue justo unas semanas después de pedir el cambio en Múnich por unos dolores en el pie operado.

De la primera lesión, dijo esta tarde, volvió antes de tiempo. “Ha sido una temporada frustrante, he jugado con dolor, he vuelto antes de lo que tendría que haber vuelto, he tomado medicamentos para aguantar el dolor en los entrenamientos y en los partidos.

Tendría que haber descansado más, pero no ocurrió”, dijo el extremo galés a los medios de comunicación que acudieron a Valdebebas. Pasó por el quirófano a finales de noviembre y regresó a mediados de febrero. Ahora es cuando dice estar recuperado y no tener molestias.

“Volví a trabajar con el grupo la semana pasada, no estoy al cien por cien porque llevo seis-siete semanas sin jugar, pero estar disponible para la final es lo más importante. Isco ha hecho un gran final de temporada y lo que decida Zidane, para mí estará bien. No importa si juego, si lo hago daré el máximo, pero lo que importa es ganar la Champions.

Para eso vine al Madrid", dijo Bale, que esta temporada se ha perdido 33 partidos por lesión. "No estoy enfadado, lo estaría si estuviera lesionado y no pudiera viajar a Cardiff.

He trabajado muchísimo para recuperarme de la operación del tobillo, así que jugar de inicio o entrar después no me cambia nada. Haré lo que tenga que hacer, salga de inicio o desde el banquillo", insistió el atacante.