Luego de tres años como diputada del Partido de Concertación Nacional (PCN), Cristina López ha regresado a la marcha, a la disciplina del atletismo que la llevó a la fama antes de convertirse en política, faceta que ahora combina con un negocio propio frente al estado “Mágico” González.

A sus 36 años, López trabaja con el entrenador nacional Walter Lara, quien en primer lugar ha hizo bajar las libras que tenía de más, para luego comenzar a realizar ejercicio estacionario, trabajo cardiovascular, hasta volver a la pista de atletismo del estadio que ha hecho de nuevo una de sus casas.

Según ella, su regreso al deporte no es para desplazar a los jóvenes, sino que para servir como ejemplo y motivarlos a continuar adelante. De igual forma, tiene como objetivo crear una Fundación para trabajar con niños y jóvenes de escasos recursos económicos a nivel nacional y convertirlos en atletas.

"En mis tiempos de escuela comencé en el atletismo en las clases de educación física, que es una materia que tiene que regresar a las escuelas, ya que estamos viendo como está la situación de mal para los niños y los jóvenes, y el deporte puede ser una salida, para alejarlos de la delincuencia y todo eso", dijo la exdiputada.

"Por el momento no pienso en lo de entrenadora, quiero alcanzar mi nivel como atleta y apoyar a los más jóvenes con la Fundación, pero también le hago un llamado al nuevo Gobierno para que regrese el deporte de alto rendimiento, que apoye a los que quieren representar a El Salvador como lo hice en mis tiempos. El deporte tiene que tener tres veces más el presupuesto que tiene en el momento", agregó. 

Según ella, el entrenador cubano Rigoberto Medina, uno de los que la formó como atleta de alto rendimiento, está en el país, ya que su familia es salvadoreña. "Ahí tenemos al entrenador Medina quien está sin trabajo y puede comenzar a trabajar ya para formar nuevos talentos que compitan por El Salvador. Él es un buen entrenador, y con él la marcha puede resurgir", explicó.

La gloria deportiva y el sufrimiento como madre

En la historia del atletismo salvadoreño, Los juegos panamericanos de Río de Janeiro 2007 han sido el momento más glorioso ya que de la mano de López consiguió su presea más distinguida, algo que contrastaba con el momento personal que ella vivía.

"En esos días mi hija menor tenía cáncer, y me tocó prepararme como atleta para esa competencia internacional. Creí que no lo iba a poder, pero al final superé lo de mi hija, gané medalla de oro y con el paso del tiempo mi hija sanó de cáncer, ahora está sana", recordó la competidora. 

Su hija no ha seguido sus pasos, ya que el cáncer daño el músculo donde tenía la afectación, por lo que no puede entrenar en este deporte. Sus otros dos hijos están más pequeños, por lo que no sabe si seguirán sus pasos en la marcha.

López también ha abierto un pequeño comedor en las inmediaciones del estadio donde vende comida típica, bebidas, frutas, golosinas y otros productos.

"En el negocio tengo a una joven que comenzó desde pequeña en el atletismo, ella es del interior del país, tiene talento, yo la vi compitiendo descalza como a muchos atletas de escasos recursos. Ella es la que me ayuda y luego se va al estadio a los entrenamientos", señaló.

Por momentos está en el negocio, luego se desplaza al estadio a los entrenos, y el resto del tiempo es para su cargo en el partido y para su familia.

A su criterio, es necesario que el país vuelva a cosechar medallas internacionales. "De la medalla de oro que gané en los Panamericanos de Río de Janeiro han pasado muchos años, es tiempo que volvamos a ganar más medallas en marcha y en eso espero estar trabajando y aportando en los próximos años", apuntó.

López entrena de lunes a viernes, tanto en la mañana como en la tarde. Hace gimnasio y este fin de semana podría tener una segunda competencia de control. De lo contrario, la tendrá los primeros fines de semana de abril y esos tiempo son los que le servirán para saber sobre sus tiempo y progresos como atleta, un objetivo que se ha trabajo como primer paso de regreso al deporte.

Cristina López entrena en la mañana y en la tarde en el "Mágico".

Reparte su tiempo como atleta, la familia, su comedor y en el PCN.