Con la precisión y potencia de un remate de volea de Luka Modric, Croacia venció hoy a Turquía por 1-0 y arrancó con una victoria en París su participación en la Eurocopa de fútbol.

El mediocampista del Real Madrid convirtió a los 41 minutos a través de un remate formidable desde fuera del área tras un rebote para alegría de los hinchas croatas, que protagonizaron un duelo tenso pero sin violencia con la afición turca en un estadio con 47.000 espectadores.

"¿Qué puedo decir? Le pegué perfecto y gracias a Dios marqué", dijo Modric en la conferencia de prensa del estadio Parque de los Príncipes tras ser elegido el mejor jugador del partido.

"Estoy muy feliz por el gol, pero más feliz aún por nuestra actuación y la victoria, que nos dio tres puntos", añadió Modric, de 30 años.

Su socio en el mediocampo y rival en la Liga española Ivan Rakitic, del Barcelona, comentó: "Fue un gran gol. Necesitamos de este Luka en su mejor versión".

La obra maestra de Modric fue el único tanto de un partido que tuvo jugadas de riesgo y tiros a los palos, pero donde el gran temor a perder gobernó gran parte el juego. 

Sólo la creatividad individual de Croacia, que en la Euro cuenta con una de las generaciones más talentosas de su historia, encabezada por Modric y Rakitic, pudo hacer la diferencia ante una Turquía en la que Arda Turan pasó desapercibido y se marchó reemplazado.

La fórmula del juego por la derecha con el capitán Darijo Srna y el centro cruzado a esperar que la altura de sus jugadores se imponga en el aire dio frutos tras varios envíos a sus "torres".

Srna envió toda la tarde para Mandzukic (1,87 metros) o Baelj (1,86m), pero ninguno lograba conectar hasta el minuto 41. 

Tras un córner desde la derecha que luchó Mandzukic​, Inan despejó un balón corto y lo dejó flotando fuera del área. Allí estaba Modric para rematar de primeras el balón desde la medialuna del área y dejar en el piso a Babacan para poner el 1-0.

En un alocado festejo, el volante de Real Madrid quedó debajo de la montaña humana de nueve de los 11 croatas en el banderín izquierdo hasta que el árbitro sueco Jonas Eriksson les pidió que volvieran al medio. 

Inclusive, un simpatizante croata vulneró la seguridad y se sumó a la celebración en la esquina.

"Podría haber sido de Turquía, pero gracias a Dios fue uno de nuestros simpatizantes", dijo el volante del Real Madrid, que no se dio cuenta del incidente.

El festejo fue contrarrestado por la silbatina de los hinchas turcos, justo frente al número "10" croata, pero desde el otro arco se encendía un estruendo entre los ruidosos croatas.

El duelo de hinchadas atravesó todo el partido. Entre dos naciones con una fuerte impronta nacionalista, el ambiente fue similar al que se vive en el Türk Telekom Arena del Galatasaray o el Stadion Maksimir del Dinamo de Zagreb.

Durante los 90 minutos, los turcos -mayoría- alentaron con más fuerza, pero el gol de Modric los apaciguó en el complemento.

Al final, los croatas pudieron "vengarse" de la eliminación en cuartos de final de la Eurocopa 2008, en la que cinco croatas hoy presentes cayeron por penales frente a Turquía, en Viena.

En la segunda parte, Croacia se acomodó con el marcador a favor y comenzó a marcar diferencias con sus volantes creativos, pese a ceder la posesión (51% a 49% en favor de Turquía). 

Por su parte, el entrenador turco Fatih Terim -más ovacionado que el propio Turan por los turcos- agotó los tres cambios en 24 minutos del complemento, pero ni el ingreso del joven Emre Mor pudo despertar al equipo de su pálida actuación.

"Creo que hemos jugado bien y hemos tenido la oportunidad de marcar. Fue un buen partido y hay que admitir que tuvimos mala suerte. También hemos reducido el ritmo y los brazos después de la hora. Es por eso que no podía igualar", comentó.

Croacia se llevó así una victoria importante en un grupo díficil y dejó la sensación de que puede ir bien lejos.

"Jugamos como una gran selección. Creo que demostramos que somos un seleccionado grande", fue la reflexión final de Modric, líder de las esperanzas croatas en Francia.