Han pasado ocho años, cuatro operaciones de muñeca, lesiones en la cadera y hasta una molesta gripe que amenazó con eliminarlo de su torneo preferido, pero el argentino Juan Martín del Potro está de vuelta en el Abierto de Estados Unidos, enfrentando de nuevo al hombre que lo lanzó a la fama, Roger Federer.

Fue la victoria ante Federer en la final del US Open 2009 la que hizo saltar a Del Potro a la élite del tenis mundial, cortándole a su afamado rival la racha de 40 victorias en el torneo y cinco títulos consecutivos. 

Este miércoles habrá una segunda parte de aquel encuentro histórico, cuando ambos se midan en la cancha principal Arthur Ashe en el último turno de una jornada con otros tres partidos de cuartos de final. 

Junto a Federer y Del Potro estarán buscando sus pases a semifinales bajo techo, en un día lluvioso y gris, el español y número uno mundial Rafael Nadal contra el adolescente ruso Andrey Rublev, y en las mujeres la checa Karolina Pliskova, primera del ranking de la WTA, contra la local CoCo Vandeweghe, y la estonia Kaia Kanepi ante la estadounidense Madison Keys. 

En la jornada habrá algo más que el pase a la antesala obligada por el título: el número uno del ranking ATP estará en juego en los cuartos de final.

Si Federer gana y Nadal pierde, el suizo regresaría el lunes a la cima del mundo y se convertiría, a sus 36 años, en el nº1 más veterano desde la creación del ranking en 1973.

Si en cambio Federer pierde ante Del Potro, Nadal permanecerá en cabeza, sea cual sea su resultado ante Rublev.

Si Federer y Nadal ganan, su primer enfrentamiento en la historia del US Open, en semifinales del viernes, determinaría quién es el nuevo señor de la clasificación mundial.