Edin Terzić lanzó un grito de guerra a sus jugadores del Dortmund antes del partido: "Si somos valientes, tendremos una oportunidad". El BVB se mostró más que valiente en la primera mitad, no tuvo miedo ante los 14 veces ganadores y creó muchas ocasiones que se deberían haber llevado al descanso.

Los primeros avistamientos de Federico Valverde y el por lo demás bien dirigido Vinícius Júnior fueron tan efectivos como podían ser los blancos, mientras que el Dortmund mostró una vanguardia mucho mayor en el remate final.

Karim Adeyemi fue fundamental para su amenaza. El extremo solo fue rechazado por una entrada desesperada de Dani Carvajal después de rodear a Thibaut Courtois y luego probó al número 1 del Madrid con un pase preciso de Julian Brandt, Niclas Füllkrug apenas pudo cabecear el rebote hacia la portería.

Entretanto, el propio Füllkrug había empujado el poste tras un pase de Ian Maatsen y la mitad terminó con Courtois nuevamente llamado, esta vez, para desviar el disparo de Marcel Sabitzer.

Un Carlo Ancelotti con rostro severo salió del vestuario en el descanso todavía en conversaciones con Jude Bellingham y Toni Kroos, a menudo sobrecargados de trabajo, y el centrocampista alemán, jugando su último partido con el club, asumió una responsabilidad adicional, llamando a Gregor Kobel. Entró en acción por primera vez con un tiro libre.

El Dortmund se mantuvo impasible, concentrado y positivo. Aunque se había restablecido el equilibrio del partido, fue el BVB el que siguió aprovechando las oportunidades más presentables. Courtois se mantuvo erguido para evitar un cabezazo de Füllkrug poco después de la hora.

¿Podría Madrid encontrar una manera de cambiar el rumbo? Siempre parecen encontrar la manera. Y esta vez no sería diferente. La fuente tal vez fue inesperada, pero Carvajal, decidido a hacer historia jugando en un sexto equipo ganador de la final, un récord conjunto, se elevó más alto para rematar de cabeza un córner de Kroos.

Ahora se acabó el miedo del que Ancelotti había advertido a sus jugadores antes de la gran final. Bellingham y Nacho estuvieron muy cerca de sumar un segundo antes de que lo hiciera Vinícius Júnior, recibiendo el pase de Bellingham y barriendo a Kobel para sellar la decimoquinta corona europea para el Madrid.