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Deportes - Juegos Penitenciarios

Sandra y Edwin, dos padres de familia que buscan su libertad por medio del deporte penitenciario

Son dos personas adultas que cometieron errores y ahora pagan con penas penitenciarias. Por medio del deporte buscan tener un poco de libertad.

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Sandra y Edwin, dos padres de familia que buscan su libertad por medio del deporte penitenciario

Los juegos del sistema penitenciario también son una vitrina para el talento, pero que a diferencia de una justa ordinaria estos no son para proyectarse en una carrera de élite sino que para poder proyectar los cambios que han tenido al estar recluidos pagando penas por delitos cometidos.

Sandra Ferrufino y Edwin Landaverde Flores son dos participantes de la edición de los juegos en 2019 y pese a que no se conocen tienen muchas cosas en común al estar sometidos al mismo régimen.

En el caso de la mujer, la actividad le permitió recordar los fines de semana cuando jugaba baloncesto en el estadio Miguel Felix Charlaix, de la ciudad San Miguel, lejos de casa decidió participar tanto en fútbol como en el deporte de las cestas.

Llegó al estadio Jorge "Mágico" González para participar en la inauguración del evento, pero su competencia se desarrolló en la duela del gimnasio nacional Adolfo Pineda, lugar en el que nunca había estado. 

La decisión de Ferrufino es para sumar puntos con el juez que sigue su caso, además, le sirve para distraerse y también le permitió para encontrarse con sus tres hijos quienes han quedado con su madre mientras paga su pena.

El papá de sus hijos está fuera del país. Su idea es salir en el menor tiempo posible, y dedicarse de nuevo al comercio para ayudar a sus seres queridos.

Además del deporte, ella forma parte del Plan 10 que impulsa el actual gobierno, por lo que a veces tiene que salir a realizar trabajo de mantenimiento en escuelas del sistema público. "Vamos a pintar o hacemos otros trabajos que nos indican", explicó.

Mientras el momento de su libertad llega, ella está dispuesta a seguir siendo parte de los programas, tanto por ella, como por sus hijos, y su madre, a quien ahora le toca el rol de mamá. 

Un jugador y entrenador

En el caso del hombre de esta historia, Edwin Landaverde Flores, considera que este evento "es una ventana, una puerta que nos están abriendo para cuando nos reincorporemos a la sociedad"-

Edwin jugó con el equipo de baloncesto de su colonia, en San Marcos, pero hoy lo hace en el penal donde está pagando su pena. Su experiencia le ha permitido ser jugar y entrenador.

Además de jugar en su municipio también lo hizo a nivel escolar, tanto en la posición de centro, como de pasador. Todo eso lo aplica en el equipo penitenciario y lo comparte con sus compañeros.

"Estamos esperando salir para reincorporarnos y estar con la familia otra vez. Estamos esperando la oportunidad de llegar a la fase de confianza, hay que esforzarse", agregó. En el caso de Edwin, también tiene hijos y una familia que lo esperan en casa.

"Realizo trabajo penitenciario y también hago trabajo de monitoreo deportivo. Espero salir del sistema y trabajar de carpintero que es lo que antes hacía, volver a ver a mis hijos, a Fátima, quien están en El Salvador, y mis otros hijos que están fuera", finalizó. 

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