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El antifujimorismo impulsó la campaña de Kuczynski y dividió a Perú

<p>Simpatizantes del candidato presidencial peruano Pedro Pablo Kuczynski se manifiestan contra un posible fraude electoral, frente a la Oficina Nacional de Proceso Electoral (ONPE) en Lima, el 7 de junio de 2016</p>
Simpatizantes del candidato presidencial peruano Pedro Pablo Kuczynski se manifiestan contra un posible fraude electoral, frente a la Oficina Nacional de Proceso Electoral (ONPE) en Lima, el 7 de junio de 2016
El antifujimorismo impulsó la campaña de Kuczynski y dividió a Perú

El antifujimorismo, que aglutina a todo el espectro político peruano en una coincidencia raras veces vista, ha sido el motor que catapultó en el último tramo la candidatura del moderado liberal Pedro Pablo Kuczynski frente a su oponente Keiko Fujimori.

El balotaje del 5 de junio dejó un país partido por la mitad entre quienes apoyan al fujimorismo o lo rechazan, reflejo de una enconada campaña que presagia una difícil búsqueda de consenso entre Peruanos por el Kambio, el partido de Kuczynski, y Fuerza Popular, la agrupación de Fujimori.

Peruanos por el Kambio obtuvo 18 diputados de un total de 130, mientras que la fuerza política de Keiko Fujimori logró una mayoría absoluta al sumar 73 legisladores.

Kuczynski capitalizó en el balotaje el rechazo que provoca en Perú la posibilidad de que un miembro del clan Fujimori vuelva al poder, desde que el padre de Keiko, Alberto Fujimori, renunciara a su cargo por fax desde Japón en el 2000 en medio de un escándalo de corrupción que precipitó el fin de su régimen autócratico de diez años.

El apoyo de ese variopinto conglomerado fue vital para que Kuczynski se encuentre ahora cerca de alzarse con el triunfo, debido a que pasó a la segunda vuelta sólo con un 21% de los votos, mientras que su adversaria lo hizo con un 40% en el bolsillo.

- Izquierda clave -

Importante para Kuczynski fue la izquierdista Verónika Mendoza, quien acabó en tercer lugar en la primera vuelta del 10 de abril y cinco días antes del balotaje hizo un llamamiento para votar por el centroderechista, pese a sus diferencias ideológicas. Todo para evitar el triunfo de Keiko.

En el antifujimorismo confluyen izquierdistas, liberales y derechistas, y atraviesa transversalmente las clases sociales en Perú. Es un estado de ánimo que se reactiva cada cinco años, cuando surgen elecciones presidenciales. Pasó en 2011, con la propia Keiko Fujimori cuando se enfrentó en las urnas al hoy presidente Ollanta Humala.

"El antifujimorismo tiene una parte rabiosa, ortodoxa, consecuente, de dignidad nacional, aunque también hay un antifujimorismo de conveniencia. El beneficiario este año ha sido Pedro Pablo Kuczynski porque era el único que le podía ganar las elecciones", dijo a AFP el sociólogo Enrique Bernales, profesor en la Pontificia Universidad Católica.

Según Bernales, el antifujimorismo también "es una coincidencia de intereses, donde cada grupo quiere aprovechar la corriente para tener una ubicación de poder. Eso es peligroso e inestable".

El antifujimorismo es el rechazo a la autocracia instaurada de 1990 al 2000, donde Fujimori padre disolvió el Congreso, compró la línea editorial de medios de comunicación y la conciencia de políticos, además de acosar a sus rivales.

En su haber están también las 25 víctimas de dos matanzas en Lima en el marco de la lucha contra la guerrilla, a cargo de un escuadrón de la muerte que los confundió con sospechosos de terrorismo. Por todo ello, Alberto Fujimori purga 25 años de cárcel desde 2009.

- ¿Fujimorismo es chavismo? -

"Los que han votado contra Keiko Fujimori han votado contra el peligro del cambio, mientras que Kuczynski es la garantía de que nada va a cambiar", dijo a AFP el analista político Mirko Lauer, para quien el antifujimorismo es la mejor expresión del temor al cambio social, para mal.

El gobierno de Fujimori padre es recordado por haber recurrido a las arcas fiscales para aplicar políticas asistencialistas, en sectores alejados de la capital y mayoritariamente pobres que se sienten excluidos del crecimiento económico, claman por ayuda y que ven en la hija el retorno de esa forma de gobernar.

El sociólogo Jorge Bruce explicó a AFP que los fujimoristas son una parte de la población que no necesariamente valora temas como democracia o corrupción sino que está a la espera de alguien que los ayude.

Un estilo que, según analistas, también aplicaba el hoy fallecido expresidente Hugo Chávez en Venezuela.

"El antifujimorismo de hoy es la resistencia, la reacción a la posibilidad de que se produzcan cambios de fondo que arruinen las cosas que están marchando bien en el país. Que se comience a gastar y desate un proceso inflacionario, porque Keiko ha estado más cerca del chavismo que cualquier otro candidato", aseguró Lauer.

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