Una nueva ley frenaría las aspiraciones de muchos inmigrantes residentes que buscan mejorar su estatus legal en Estados Unidos, siempre y cuando sean beneficiarios de fondos públicos.

La normativa es promovida por el presidente Donald Trump y tiene como fin penalizar a los inmigrantes, que se beneficien de las asistencias sociales de ese país, en el sentido de negar los permisos de residencia, conocida también como "Green Card".

La nueva ley entraría en vigencia en octubre próximo y con ella se rechazaría la petición de quienes ya tienen visas temporales o permanentes, pero en los casos que se confirme que reciben ayuda social, es decir, que dependan de fondos públicos del gobierno estadounidense.

“Es una acción que va asegurar que si el extranjero entra o permanece en Estados Unidos deba mantenerse a sí mismo y no depender de ayudas sociales”, dio a conocer la Casa Blanca a través de un comunicado oficial.

En ese sentido, las autoridades norteamericanas investigarán si el inmigrante, no importa cuál sea su condición, depende principalmente de la asistencia de los fondos públicos para subsistir en ese país; de comprobarse esa dependencia le cancelarán su estatus de inmigración.

“La regla final incluye un requisito de que los extranjeros que buscan una extensión de estadía o el cambio de estatus demuestren que no han solicitado la asistencia pública del gobierno desde que obtuvieron el estado migratorio de no inmigrante que buscan extender o cambiar, y tampoco recibieron beneficios públicos”, consignó la cadena Univisión, una de las más críticas de este tipo de políticas.

Esta disposición migratoria se aplicaría, por ejemplo, para quienes hacen uso de la asistencia alimentaria, tal como cupones de vivienda u otras formas de bienestar público.

Otros segmento que pudiera verse afectado son aquellos que tienen sus permisos de trabajo en EE.UU. y que requieren de asistencia médica de manera temporal.