El papa francisco aceptó la renuncia del máximo representante de la iglesia católica en Chile, luego de ser solicitado por la justicia de ese país por no haber denunciado abusos sexuales cometidos por tres sacerdotes.

El cardenal chileno Riccardo Ezzati, de 77 años de edad,  dimitió de su cargo en mayo de 2018, meses antes de haber sido convocado por un fiscal por guardar silencio ante los crímenes cometidos por otros religiosos.

Medios internacionales aseguraron que en abril de 2018, Francisco envió una carta a los obispos en la que reconocía “errores de apreciación” sobre los escándalos de la iglesia.

La prensa local informó que el escando salió a la luz en 2009 cuando las victimas acusaron públicamente a uno de los predicadores más sobresalientes del país, Fernando Karadima, quien fue condenado en un tribunal eclesiástico.

De manera temporal, el papa nombró a monseñor Celestino Aos Braco, un religioso español para que tome las riendas de la iglesia en el país sudamericano.