El Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS por sus siglas en ingles) ha sido condenado a indemnizar con $47 millones a una familia por una mala praxis ocurrida al momento de atender un parto.

El hecho por el que la entidad estatal ha sido condenada ocurrió en 2013. De acuerdo con la publicación de RT, el personal médico que estaba atendiendo el parto no notó que el bebé venía de glúteos (posición podálica en lenguaje médico), lo que eleva el riesgo de complicaciones.

En el procedimiento, el ritmo cardíaco del bebé comenzó a disminuir, por lo que tuvieron que practicarle a la madre una cesárea para tratar de sacarlo; sin embargo, se demoraron demasiado.

El pequeño se quedó sin oxígeno por un tiempo muy prolongado y terminó sufriendo daños cerebrales de carácter permanente y “discapacidades complejas” que requieren que sea atendido por dos personas todo el día.

Una de las directoras del hospital, Suzanne White, tildó el caso de “tragedia absoluta”, según lo publicado por el medio inglés The Independent.

La fundadora de la organización benéfica Baby Lifeline, Judy Ledger, le dijo al rotativo citado que las autoridades deben hacer una evaluación del servicio que se presta en el NHS porque no es la primera vez que sucede.

“En los últimos años, hemos visto una serie de investigaciones de alto perfil sobre la atención de la maternidad del NHS en todo el país, que han sido impulsadas por historias devastadoras de cosas evitables. Daño y muerte”, explicó.

El NHS, a través de la fundación Guy's and St.Thomas, reconoció la responsabilidad en el caso del bebé.

“Lamentamos mucho que la atención brindada a la familia en el momento del nacimiento del bebé no haya cumplido con los altos estándares que nos esforzamos por cumplir cuando trabajamos con todos nuestros pacientes”, indicó un representante.