Una joven de 23 años fue capturada por la policía de Newman, en el estado de Georgia, Estados Unidos, y acusada de asesinar a su bebé tras propinarle una salvaje golpiza, todo por haber ensuciado su pañal.

La madre, identificada como Trinity Pittman, inicialmente dijo que la criatura se le había caído de un trampolín, pero al sentirse acorralada terminó confesando el crimen.

La mujer llegó a la sala de urgencias de un hospital asegurando que su bebé se había caído de un trampolín, por lo que el personal médico lo atendió, consignó la cadena Univisión.

Los galenos descubrieron que los golpes del pequeño no se debían a una caída, por lo que inmediatamente llamaron a la Policía alertándolos de un posible crimen.

Los agentes se llevaron por separado a la joven y al novio, de nombre Jeremy Davis, para interrogarlos por lo que había sucedido. Pittman reiteró lo que le dijo a los médicos, una caída accidental de un trampolín.

Sin embargo, luego del extenso interrogatorio, la mujer confesó lo que había pasado. Pittman confesó a los policías que ella lo había golpeado brutalmente porque el pequeño había ensuciado el pañal.

Luego de eso, la madre dijo que el bebé se le cayó de los brazos y que se había golpeado la cabeza contra el piso. Agregó que cuando se iba a trabajar lo dejó con su hija de cuatro años, a cargo de Jeremy Davis, pero que no le había dicho lo que sucedió.

Davis le llamó preocupado porque el bebé estaba presentado problemas para respirar y había vomitado, por eso lo llevaron de emergencias al hospital donde murió mientras lo atendían.

Trinity Pittman es acusada por la Policía de homicidio en perjuicio de su propio hijo.