Los estadounidenses votarán este martes no solo por su presidente y vicepresidente que los gobernará por los próximos 4 años, sino que además elegirán al fiscal general de la ciudad y a otros servidores públicos.

El presidente electo devengará un salario de $400,000 mil al año y habitará la Casa Blanca.

Los votantes no escogerán directamente a los candidatos a presidente sino a los electores de su Estado, quienes obtienen el poder de representarlos en el Colegio Electoral, una figura establecida por el artículo II de la Constitución de 1878.

El total de electores del Colegio es de 538 y estos eligen al mandatario que dirigirá al país en los cuatro años posteriores a la elección. La cantidad de electores por estado surge de la suma de dos senadores y sus representantes en el Capitolio, cifra que depende de la población de cada estado.

Versus elecciones en El Salvador

El proceso electoral en Estados Unidos no se parece en casi nada al de El Salvador, por ejemplo, los electores no manchan su dedo con tinta indeleble para demostrar que han cumplido con su derecho al voto.

Cada Estado tiene sus propias normas que se aplican en los centros de votaciones. Afuera de estos no se permite el proselitismo que normalmente se observa en las elecciones salvadoreñas.

Los candidatos norteamericanos deben mantenerse a cien pies de distancia de la entrada del centro de votación y desde ahí saludan a las personas que llegan a emitir el sufragio.

El día de votaciones transcurre normal para el resto de la ciudad y tampoco se observan caravanas de simpatizantes de políticos rondando por las calles. La ley estadounidense prohíbe expresiones partidarias a cien pies de los centros de votación.

En estas elecciones, los ciudadanos elegirán también al fiscal general de la ciudad y a otros funcionarios que trabajarán en sus ciudades.

El resultado del proceso será dado a conocer esta misma noche.