"No tengan miedo porque las espera el paraíso", fueron las palabras de despedida de un terrorista a sus hijas de 7 años y 8 años, antes de enviarlas con explosivos adheridos a su cuerpo a una estación de policía en Damasco, capital de Siria el pasado 16 de diciembre.

El hombre grabó un video en que las menores, de nombres Islam y Fátima, se despiden de su familia. La madre, que cubre todo su cuerpo con un vestido negro, les da un beso a las niñas antes de enviarlas a la misión suicida y luego estas dicen "Alá es grande", antes de partir estallarse.

Una vez en la Policía, la menor de 7 años ingresó a la estación con los explosivos adheridos a su cuerpo y fingió estar perdida y necesitar el baño.

A control remoto su padre, el hombre que minutos antes le había dado un abrazo de despedida, accionó el explosivo. La niña estalló y 3 oficiales resultaron heridos de gravedad.

La niña de 9 años se salvó. El terrorista habría publicado el video en redes sociales para demostrar que es capaz de todo y que su arma más letal son su hijos.