La cantante Adele ha tomado la decisión de 'cuidar su lenguaje' sobre el escenario después de darse cuenta de que llegó a decir una treintena de palabras malsonantes durante su actuación en el festival británico de música de Glastonbury. 

"Conseguí decir 33 palabrotas. ¡33! No soy matemática, ni siquiera he aprobado mis exámenes, pero creo que eso es alrededor de una palabrota cada dos minutos, ¿verdad? Así que voy a intentar morderme la lengua y no hablar tan mal", ha confesado ahora la intérprete. 

Adele -madre de Angelo (3) junto a su pareja Simon Konecki- cree que la culpa de que sea tan malhablada la tiene su "carácter británico", que ahora va a intentar reprimir por el bien de sus fans más jóvenes. 

"Veo muchas madres aquí, así que perdonadme si lo vuelvo a hacer. Solo quiero que sepáis que si lo hago no es con mala intención, ¿vale?", aseguraba ayer lunes en su concierto en el Staples Center de Los Ángeles. 

A pesar de sus buenos propósitos, Adele no fue capaz de terminar el concierto sin soltar alguna 'perlita', aunque en esta ocasión fuera para expresar su admiración por la labor de los profesores que allí se encontraban. 

"¿Hay algún profesor? ¡Bien, jo**r, me encantan los profesores! Son muy importantes en nuestras vidas", exclamó sin poder reprimirse. 

El lenguaje de la intérprete durante sus conciertos le valió una advertencia por parte de la BBC a su paso por el festival de Glastonbury el pasado junio, aunque en ese momento prefirió tomárselo menos en serio, llegando a bromear incluso sobre el escenario del festival. 

"¿Sabéis que resulta que soy muy rock and roll? Parecía que no, pero resulta que la BBC me ha hecho una seria advertencia por culpa de mi lengua viperina. Apuesto que Muse [banda de rock con la que compartía cartel] no ha conseguido que les llamen la atención", comentaba a sus fans durante su concierto en el festival británico.