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Judiciales - Condena

Un favor a un conocido condenó a 20 años de prisión a un motorista de la ruta 24

El motorista dijo que, sin saberlo, llevó a un conocido a cobrar una de las extorsiones realizadas a una empresaria quien tenía que entregar $400 quincenales a cambio de que los pandilleros "respetaran su vida". 

Extorsión
"Le hice el favor porque se acercó a mí”, concluyó Douglas esperando cambiar la decisión del juez
Un favor a un conocido condenó a 20 años de prisión a un motorista de la ruta 24

Un motorista de la ruta 24 fue condenado a 20 años de prisión por haber hecho “el favor” de llevar a uno de sus compañeros a cobrar una extorsión a la colonia Santa Marta, en Mejicanos.

Douglas Enrique Benítez, es un mecánico que eventualmente trabajaba como motorista de la ruta 24 en la que conoció a René Clímaco, otro conductor de buses por el que fue condenado a prisión.

Según el expediente judicial, el 18 de junio de 2017 Clímaco llegó hasta donde Benítez para pedirle el favor de llevarlo hasta un punto de microbuses ubicado en el municipio de Mejicanos. Extrañado por la solicitud, el imputado optó por pedirle permiso a su jefe quien no vio inconveniente alguno y dio su aval.

Con el autobús en marcha, ambos hombres comenzaron lo que sería su primera plática, ya que en los dos años que el mecánico tenía de trabajar con la ruta no había pasado del saludo con el motorista quien trabajaba para la ruta 20.

En el trayecto, Clímaco le indicó a Benítez que  debía de hacer una pequeña parada en uno de los portones de la colonia donde iba a recibir un paquete de una mujer. Nuevamente el motorista aceptó pero le advirtió que debía de ser lo más rápido posible.

El desvío del trayecto no duró más de cinco segundos y cuando el extorsionista tuvo el sobre en sus manos le dijo a su cómplice que siguiera el camino hasta llegar a su destino y que se regresara sin hacer algún tipo de pregunta.

No obstante, los dos hombres no se habían percatado que todo se trataba de una entrega controlada que agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) habían montado luego de recibir una denuncia de una empresaria en San Salvador. Todos sus movimientos habían sido captados en fotografías.

En ese momento, Benítez y Clímaco siguieron sus vidas como si nada hubiera pasado, hasta que semanas más tarde ambos fueron detenidos por la denuncia de la víctima a quien le exigieron $400 mensuales a cambio de “respetarle la vida”.

“No somos ni amigos”

Tratando de que el juez creyera en su inocencia, Benítez declaró en el juicio que se realizó en su contra por este caso y remarcó que: “No somos ni amigos. Le hice el favor porque se acercó a mí”.

Dentro de la prueba testimonial de la FGR, tres policías que participaron en el operativo explicaron al juez que los extorsionistas habían ordenado dejar el dinero en un sobre debajo de un portón por el que los buseros pasaron.

Como parte de la operación, el investigador del caso se hizo pasar como empleado responsable de llevar el dinero y una vez en el lugar comenzó a caminar y observó que a unos metros estaba un hombre de apariencia extraña y al otro extremo de la calle una mujer que simulaba barrer  la calle y que posteriormente recibió el paquete que terminó en manos de Clímaco.

Luego de varias horas de audiencia, el juez del Juzgado Cuarto de Sentencia determinó que el mecánico era culpable del delito de extorsión por coautoría ya que tanto la prueba documental como testimonial habían señalado su participación por lo que decidió enviarlo a prisión por 20 años.

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