El ánimo de emprender su propio negocio hizo que Jaime Martínez comenzara a comercializar granos básicos. Una idea que impulsó hasta hacerla realidad desde el pasado mes de abril de 2016.

Para poder incrementar sus ventas, él empezó a promover el negocio. Un amigo le recomendó que podía ofrecer sus productos a Alvin José Guevara Lacayo, de 63 años de edad, quien es dueño de la Distribuidora Lacayo, ubicada sobre la calle Gerardo Barrios, en San Salvador.

Fue entonces que el 26 de abril del mismo año se comunicaron para conversar sobre el negocio. Ese día quedaron de acuerdo que el quintal de maíz se lo daría en $20, por lo que Lacayo le solicitó 200 quintales.

Al ver el interés de compra, Martínez alquiló un camión cuatro días después del acuerdo, así logró trasladar los quintales de maíz hasta la bodega de la distribuidora.

Lo pactado era que al entregar la mercadería le pagaría en efectivo la cantidad de $4,000, pero a cambio del producto este le entregó un cheque por dicha cantidad. Al intentar cambiarlo en el banco correspondiente le informaron que carecía de fondos.

Al reportar el percance a Lacayo este le dijo que no se preocupara de nada porque le depositaría el dinero en su cuenta. Martínez verificó su cuenta y tampoco le había hecho el pago. El imputado jamás volvió a responderle una llamada a la víctima, cita el expediente judicial.

Ante esto, el 9 de mayo de 2016, Martínez interpuso una denuncia en una sede de la Policía Nacional Civil (PNC).

Tras un proceso judicial, el Tribunal 3º de Sentencia de San Salvador condenó a seis años de prisión en contra de Lacayo por el delito de estafa agravada. Además, el juez de la condena le impuso el pago de $5,000 en concepto de responsabilidad civil.