La tecnología no solo ha traído beneficios para los usuarios del Internet, incluyendo las grandes empresas; también ha generado dolores de cabeza. Uno de ellos es el robo de bases de datos con información que han puesto en aprietos a empresarios, deportistas y artistas en todo el mundo.

El caso más emblemático es el de Panama Papers, pero ejemplos hay muchos de ataques cibernéticos que han provocado millones de dólares en daños.

¿Qué hacer?

A nivel personal, hay varias recomendaciones que se pueden seguir para asegurar la información. Aquí presentamos algunas:

Bloquea. Protege los dispositivos que utilizas física y electrónicamente, utilizando contraseñas y frases que bloquean el acceso a otros.

Acceso personal. El único que debe tener acceso a tu información privada eres tú. Protege datos como contraseñas, PIN y respuestas a las preguntas de seguridad.

Saber a quién llamar. Antes de que algo ocurra, infórmate para que tengas a la mano la información de la persona o personas a quien debes llamar en caso de problemas.

Entre los consejos que brindan los expertos para evitar este tipo de hechos está no dar información personal o financiera a través de teléfono o correos electrónicos sospechosos.

¿Cómo se protegen las empresas?

En el caso de las empresas que manejan bases de datos es importante que se protejan mediante diversos programas de computación de delitos que van desde el robo de las mismas, hasta el acceso no autorizado, pornografía infantil o cyberstalking.

Los ataques son más frecuentes en este tipo de compañías por la cantidad de información privada que manejan.

Por ello, ahora se ofrecen pólizas de seguro que cubren daños provenientes de un fraude, falsificación o acceso no autorizado a sistemas de tecnología. En el caso de El Salvador, la compañía Unity es una de las que ofrece el servicio.

Pedro Luis López, ejecutivo de la firma, explicó que con estos productos se brinda protección en casos como pérdida o robo de datos, responsabilidad por violación de la confidencialidad, interrupción de negocios, extorsión cibernética y daño a la reputación.